Luis Alejandre: «La crisis procede de haber perdido valores»

MADRID- «Me ha venido a la mente una frase reciente de Joan Elliot que dice que los extranjeros parece que son los que nos tienen que diagnosticar lo que nos pasa y que viene a decir que el mayor peligro que tenemos es la fragmentación de la historia». Son las palabras del general Luis Alejandre, ex jefe de Estado Mayor del Ejército y columnista de LA RAZÓN, quien añade que «si vemos la historia de España en versiones gallega, balear, catalana, riojana... nos podríamos llevar unos sustos enormes».Durante su intervención, el general Alejandre señaló que «me ha gustado la visión de mirar al futuro, porque estamos anclados en el pasado». Y mostró su preocupación, pues «a los que tenemos responsabilidad nos preocupa lo que le diremos a los siguientes».Alejandre considera que la sociedad está «desilusionada, desunida y desorientada» y no planteó un fututo muy alentador al comentar que es muy difícil reconstruirla bajo esos condicionantes. «Me temo que hemos llegado a formar una sociedad con más súbditos que ciudadanos», indicó mientras recordaba a Maquiavelo y los dos principios de la ciudadanía: ser libres y ser civiles. Y no dudó en afirmar, en este punto, que «hoy la sociedad civil ha declinado muchas responsabilidades».Y, junto a todo esto, recordó a Manuel Jiménez de Parga en su época de presidente del Tribunal Constitucional y una frase suya: «tenemos que recuperar la lealtad a las reglas de nuestra convivencia», al tiempo que explicaba que «si se recupera la lealtad y se es honesto, podemos». Como hoja de ruta subrayó que «tenemos que diseñar una especie de reforma desde abajo, reconstruir desde abajo, pero sin la necesidad de destruir muchas cosas, sino de empezar el movimiento desde abajo». En el fondo, consideró, creo que la crisis en la que vivimos en la actualidad «procede de haber perdido valores».El general Alejandre se refirió durante su alocución a un discurso de Su Majestad el Rey, cuando recibió el premio Carlo Magno, en el que hacía referencia al «nuevo patriotismo», un concepto en el que cabían todos, «sea cual sea su color, raza o ideología». Con este discurso como telón de fondo, añadió que ese nuevo patriotismo al que se refería el Monarca «no se manifiesta en conductas políticas». El gran problema para seguir esa senda hacia un patriotismo constructivo y que aúne a todos sin distinción, recalcó, es que en la España actual «hemos perdido la defensa de la honestidad, valorar el éxito como fruto del esfuerzo y hemos perdido la decencia en los comportamientos públicos».