Alfredo Sánchez Monteseirín
El mejor «desagravio» a «la vergüenza del pseudoconcierto» pro-abertzale
Los estudiantes de la San Pablo CEU pidieron que los atentados se consideren violaciones de los derechos humanos.
SEVILLA- Contra el olvido. Las instalaciones del CES Cardenal Spínola de la Fundación San Pablo CEU en el municipio sevillano de Bormujos acogieron ayer las IV Jornadas de Universitarios con las Víctimas del Terrorismo; Memoria, Dignidad y Justicia, organizadas por el Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo de la entidad. El evento contó con la asistencia de unas 150 víctimas de ETA, del 11-M y del Grapo, entre ellas, representantes de la Fundación Víctimas del Terrorismo, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), la Federación de Asociaciones Autonómicas de Víctimas del Terrorismo, la Fundación Fernando Buesa, la Asociación Ayuda a las Víctimas del 11-M, la Asociación de Víctimas del Terrorismo Verde Esperanza y la Plataforma Voces contra el Terrorismo, así como representantes institucionales y políticos como la delegada del Gobierno de la Junta en Sevilla, Carmen Tovar; el presidente del PP-A, Javier Arenas; el portavoz popular en el Ayuntamiento, Juan Ignacio Zoido; las diputadas del PSOE en el Parlamento Antonia Moro y Pilar Navarro; la alcaldesa de Bormujos, Ana Hermoso; y la eurodiputada del PP y víctima del terrorismo Teresa Jiménez-Becerril.La hermana de Alberto Jiménez-Becerril, asesinado por ETA junto a su esposa Ascensión García el 30 de enero de 1998, destacó «la alegría» de un acto que definió como «la mejor lección para los jóvenes», contraponiéndolo con actos como la contratación «por parte del Ayuntamiento» de un grupo –«Los Chikos del maíz»– que «insulta a las víctimas»; la fuga de De Chaos o el «escaso rigor» para con Arnaldo Otegi. Tras solicitar la dimisión de Alfredo Sánchez Monteseirín como dirigente de la Fundación Jiménez-Becerril por permitir el concierto en la Alameda con un conjunto que se reía en sus letras de víctimas como Ortega Lara, la eurodiputada manifestó que «nadie» del Ayuntamiento hispalense ha contactado con ella, ya que «todo lo que hacen es de boquilla». Juan Jurado, patrono delegado de la Fundación San Pablo CEU, por su parte, resaltó el «rechazo rotundo de la violencia», señalando que «el cristianismo prohíbe buscar soluciones por caminos de odio y de muerte». Jurado presentó el acto como «un homenaje sobrio y emotivo» con «lo mejor de nuestra sociedad: las víctimas del terrorismo» y como «desagravio» por «la vergüenza del pseudoconcierto», del que, entre aplausos, dijo que fue «una intolerable ofensa que pasó a indignación cuando se supo que lo pagó el Ayuntamiento». La jornada incluyó también una conferencia del periodista Antonio García Barbeito y una ofrenda floral a la Virgen de los Reyes, en la Catedral de Sevilla, momento en el que el vicario general, Francisco Ortiz, recordó que «más que de palabras, son momentos de actitudes, gestos y compromisos para abrir caminos a la auténtica paz».Los estudiantes de la San Pablo CEU leyeron un manifiesto solicitando que los crímenes terroristas sean considerados por la comunidad internacional como violaciones de los derechos humanos y que se incluyan en la jurisdicción del Tribunal Penal Internacional. Los universitarios subrayaron que «la memoria y la dignidad de las víctimas exige que ningún Gobierno democrático negocie con los terroristas», que «no son interlocutores» sino «enemigos de la convivencia y la libertad»; por eso, «no se negocia, se les derrota».
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