Nueva York

Un monja española y una india norteamericana entran en el libro de los santos

Ante más de 80.000 personas, Benedicto XVI proclamó hoy siete nuevos santos, entre ellos una monja española, una seglar amerindia (indios norteamericanos) y una religiosa que vivió entre los leprosos de Molokai, en una ceremonia en que dijo que los cristianos aún son perseguidos por su fe.

En la décima ceremonia de canonizaciones de su pontificado y en el marco del Sínodo de Obispos para la Nueva Evangelización, que se celebra desde el pasado 7 de octubre, el papa Ratzinger proclamó santa a la española Carmen Sallés y Barangueras (1848-1911), fundadora de las Religiosas Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza.


También inscribió en el libro de los santos a la monja alemana María Anna Cope (1838-1918), de la Tercera Orden de San Francisco de Syracuse de Nueva York, conocida como Madre Mariana de Molokai; la seglar estadounidense Catalina Tekakwitha (1656-1680), hija de dos nativos indios, y la seglar alemana Anna Schäffer (1882-1925).


También fueron canonizados el jesuita francés Jaime Berthieu (1838-1896), el seglar mártir filipino Pedro Calungsod (1654-1672) y el sacerdote italiano Giovanni Battista Piamarta (1841-1913), fundador de la Congregación de la Sagrada Familia de Nazaret. Benedicto XVI resaltó las figuras de los nuevos santos, a los que puso como ejemplo y reiteró el valor de la santidad en el mundo moderno.


De Carmen Sallés dijo que su obra educativa sigue dando abundantes frutos entre la juventud a través de la entrega generosa de sus hijas, "que como ella se encomiendan a Dios que todo lo puede".


Del francés Jacques Berthieu señaló que fue un pastor infatigable que luchó contra la injusticia, aliviando a los pobres y los enfermos y que sufrió el martirio pero que así lo prefirió antes que renunciar a la fe. "Que la vida de este evangelizador sea un acicate y un modelo para los sacerdotes, para que sean hombres de Dios como él. Que su ejemplo ayude a los numerosos cristianos que hoy en día son perseguidos a causa de su fe", afirmó el papa.


De Maria Anna Cope destacó su dedicación a los leprosos de Molokai, "después de que muchos se hubieran negado a ello, poniendo fin de hecho a su contacto con el mundo exterior", que allí cuidó al Padre Damián, "entonces ya famoso por su heroico trabajo entre los leprosos". "En un tiempo en el que poco se podía hacer por aquellos que sufrían esta terrible enfermedad, Maria Anna Cope mostró un amor, valor y entusiasmo inmenso. Ella es un ejemplo luminoso y valioso de la mejor tradición de las hermanas enfermeras católicas", subrayó el papa.


De Catalina Tekakwitha, que pasa a ser la primera santa amerindia, de padre mohawk y madre algonquina cristiana, el papa destacó que siempre fue fiel a las tradiciones de su pueblo, pero renunciando a las convicciones religiosas del mismo.


"Catalina impresiona por la acción de la gracia en su vida, carente de apoyos externos y por la firmeza de una vocación tan particular para su cultura. En ella, fe y cultura se enriquecen recíprocamente. Que su ejemplo nos ayude a vivir allá donde nos encontremos, sin renegar de lo que somos", dijo el papa.


Del filipino Pedro Calungsod destacó que fue un catequista que entregó su vida por el Evangelio, que sufrió el martirio por defender la fe, y del italiano Giovanni Battista Piamarta que fue un gran apóstol de la juventud.


De la seglar Anna Schäffer señaló que sufrió quemaduras en los pies que la postraron en el lecho para el resto de sus días y abogó para que se intensifique la pastoral de los enfermos en cuidados paliativos.


Benedicto XVI hizo votos para que el testimonio de los nuevos santos "hable hoy a toda la Iglesia, y su intercesión la fortalezca y la sostenga en su misión de anunciar el Evangelio al mundo entero".


Los siete nuevos santos fueron proclamados a las 09.54 horas local (07.54 gmt). La canonización fue pedida por el cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, tras lo cual Benedicto XVI procedió al rito, una larga fórmula en latín.
A la ceremonia asistieron delegaciones oficiales de España, Francia, Italia, Filipinas, Alemania, Canadá, EE.UU y Madagascar, de donde proceden los nuevos santos. La española la presidió el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz. En sus casi ocho años de pontificado, Benedicto XVI ha proclamado ya 44 santos y más de 600 beatos, en su mayoría españoles.