Se la tenían jurada

A Leire Pajín se la tenían guardada desde que decidió no secundar la genial idea de Blanco y Rubalcaba de apostar por Trini Jiménez como candidata del PSOE a la Comunidad de Madrid. Pajín veía bien a Tomás Gómez y nunca entendió la operación interna contra el parleño, pese a que en público siempre intentó aparentar lo contrario. La realidad es que la ex vicesecretaria general estaba más con los que desde Ferraz decidieron hacer causa común y oponerse a la estrategia para Madrid. Por eso era evidente que Pajín no duraría mucho al frente de su relevante cargo en la Ejecutiva. Así ocurrió: a la primera de cambio fue apartada por el viejo procedimiento de la patada hacia arriba. Su actual destino, ciertamente, no es de los más apetecibles. Sanidad es uno de los Ministerios más complicados del Gobierno. Cuando se lo dieron sabían bien lo que hacían. Si los medios tienen que tomarla con alguien, mejor que sea con Pajín, comentaban en el entorno de Rubalcaba. Y para que no quede duda de cuanto sucedió, su sustituto en el partido ha decidido laminar al grueso del equipo de la ex vicesecretaria. El problema que pueden tener es que la nueva ministra no lo haga mal en su cargo. Difícil parece, pero imposible no es. Los que la conocen hablan bien de su gestión como secretaria de Cooperación. Igual tenemos sorpresa.