Cantabria
La luz eterna del genio
Un tumor cerebral ha acabado con la vida de Severiano Ballesteros, su malignidad cercenó la fuerza de este genio irrepetible del golf que exprimió sus dones hasta la última gota, hasta el último suspiro. El tumor contra el que luchó hasta la extenuación desde octubre de 2008 finiquitó hoy su alma. La luz apagada ahora de este genio será eterna, estará para siempre en este mundo.
El guión imprevisto de la vida de Severiano acabó antes de tiempo. El golf, el deporte, la humanidad en suma, solamente ha podido disfrutar durante 54 años de la genialidad de este pedreñero testarudo, fiel a su familia, a sus principios, a su tierra y a su país.
El golf mundial ha perdido un referente, España un deportista inigualable nacido en la última etapa preconstitucional, Cantabria a un valedor único y Pedreña a un hijo fiel. Las lágrimas se esparcen por todos los rincones del planeta, hasta inundar la pequeña localidad costera de Cantabria donde Seve vino al mundo.
Con la muerte de Seve desaparece la figura de un hombre austero en lo nimio, pero generoso en lo esencial. Amó el golf hasta extremos casi enfermizos. Fue el mejor. Desde finales del siglo XX su juego decayó, vertiginosamente, hasta verse obligado a la retirada.
En sus últimos años de golf Ballesteros se veía tan diferente a cómo había sido, que no pudo digerirlo.
A los 54 años Seve nos ha dejado. Ser ha marchado uno de los Grandes del deporte mundial. Cede un legado inmortal para Pedreña, Cantabria, España y el mundo entero.
Sus coetáneos cuentan aún sus hazañas, sus genialidades, los golpes imposibles. Relatan el carisma que lo hizo inigualable. Sus competidores directos, con el paso de los años, aprendieron a respetar su figura, su genio y su talante ganador.
Todos han visto y disfrutado con su especial visión del juego. Yo mismo le vi dar golpes increíbles. Bajo las ramas de unos árboles, golpeó de rodillas una bola para dejarla en el 'green'. Fue una simple pincelada más de un cuadro inmensamente complejo, lleno de gestas dibujadas, de triunfos y genialidad.
El golf, su gran pasión, no sólo llorará eternamente su muerte. Amaba el boxeo, el ciclismo y el fútbol. Gustaba de hablar de traineras, de atletismo y de un sinfín de deportes en los que veía, como en el suyo, paralelismos en lo que fue su fundamento: entrenamiento, esfuerzo, trabajo y sacrificio.
Seve ha luchado con todas sus fuerzas durante dos años y siete meses por vencer un tumor cerebral. Hoy llegó al hoyo 18 de esa pelea cruel, en donde el hombre está aún en desventaja. Hasta siempre, Seve. El Deporte te honrará siempre.
✕
Accede a tu cuenta para comentar