Europa

Londres

UGT y CC OO pierden músculo

En España, su modelo ideologizado y su nula adaptabilidad provocan rechazo

UGT y CC OO pierden músculo
UGT y CC OO pierden músculolarazon

ESPAÑA
El sindicalismo en España ha perdido desde hace tiempo todo su músculo, como lo demuestra el hecho de ostentar las cifras de afiliación real más bajas de Europa –afilian a poco más del 15% de los asalariados–. Su modelo ideologizado, nada pragmático, su nula adaptabilidad a las nuevas circunstancias económicas, como apuntan algunos expertos, y su mala organización por cuanto excluyen a sectores importantes de la estructura de producción en España definen el modelo sindical español. El hecho de que su financiación corra a coste del Estado español les convierte además en sindicatos "politizados"y "mendicantes", como argumentan otros expertos. En 2011 el número de afiliados a CC OO y UGT ascendía a 1,2 millones de personas respectivamente, según fuentes de los sindicatos. Muchos sindicalistas, sueñan con el modelo sueco, donde el 71% de los asalariados están afiliados a algún sindicato, o con el belga, donde gozan de una afiliación del 52%. En algunos sectores profesionales, un sindicato belga paga a sus miembros una prima por nacimiento, matrimonio o jubilación.


ITALIA
En Italia los tres sindicatos mayoritarios (Cgil, Cisl y Uil) tienen unos ingresos anuales de 2.000 millones de euros. Esta cantidad es una estimación, pues las centrales no hacen públicas sus cuentas. La financiación viene sobre todo por dos vías: las contribuciones de sus afiliados y los servicios que prestan a los ciudadanos y por los que reciben dinero del Estado. Cuentan además con una serie de ingresos varios adicionales por otras fuentes. La mayor entrada viene de las cuotas de los alrededor de 11 millones de trabajadores y jubilados con una tarjeta de un sindicato. Los primeros pagan alrededor del 1% de su sueldo base mientras que las personas retiradas realizan contribuciones que varían entre los 30 y 40 euros anuales. Entre los servicios que ofrecen a los ciudadanos las centrales, destacan los centros de asistencia fiscal, donde alrededor de quince millones de italianos son ayudados a hacer la renta y a navegar por el complejo sistema impositivo del país.


FRANCIA
En Francia, cinco grandes confederaciones conforman el atomizado paisaje sindical: CGT, CFDT, FO, CGC y CFTC, a las que el Estado reconoce como representativas para poder negociar acuerdos con el Gobierno en todos los sectores. Muy potentes hasta los años 70, los sindicatos galos, si no han perdido en su capacidad de presión sí han sufrido en las tres últimas décadas una importante sangría de afiliados. Hoy cuentan con apenas un 8% de sindicados, es decir, 1,7 millones de trabajadores, una de las tasas más bajas en el entorno europeo. Sin embargo, su salud financiera no parece resentirse. Todas las centrales disponen de una tesorería excedentaria y de un patrimonio bien invertido (bienes inmuebles, inversiones financieras…). Desde la ley Waldeck-Rousseau de 1884, que reconoce la libertad sindical y exime a estas organizaciones de publicar sus cuentas certificadas, la financiación de los sindicatos galos se caracteriza por su total opacidad.


REINO UNIDO
En Reino Unido, la relación entre sindicatos y Gobierno, en cuanto a términos de financiación se refiere, es muy similar a la española. En teoría, los sindicatos no reciben dinero, pero en la práctica sí. Principalmente por dos vías: la primera, el salario que siguen recibiendo los representantes sindicales durante las horas libres en las que no desempeñan su trabajo y se dedican a actividades sindicales. La segunda, a través de subvenciones directas para cursos de formación. Según los sindicatos, la cifra que reciben es ridícula en comparación con la que aportan sus miembros. Según el último informe publicado por la Alianza de los Contribuyentes (TPA), el montante total de dinero público que llegó a los sindicatos en 2011 asciende a 136 millones de euros.


ALEMANIA
En Alemania, los sindicatos y las correspondientes asociaciones de los empresarios están bien protegidos por la Constitución. La dominante Unión Alemana de Sindicatos (DGB) comprende ocho sindicatos singulares. El mayor de ellos es el sindicato de la industria metálica (IG Metall) con más de dos millones de miembros; el segundo en categoría es el Verdi, en el ámbito de los servicios. Durante los últimos años los sindicatos han perdido miembros a causa del paro, y varias asociaciones tuvieron que unirse. La cifra total de empleados sindicados puede estimarse en ocho millones; es decir, un cuarto del empleo total.

Información elaborada por Rosa Carvajal (Madrid), Celia Maza (Londres), Álvaro del Río (París) y Darío Menor (Roma)