Jubilación

Justos por pecadores

La Razón
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Nadie pensaba que el acontecimiento planetario que marcaría un antes y un después en nuestras vidas, anunciado a bombo y platillo, acarrearía tan penosas consecuencias. Ha supuesto el mayor recorte social de la historia de la Democracia española, además de la bajada del sueldo a todos los funcionarios del país. Los pensionistas, las personas dependientes, las futuras mamás y los trabajadores tienen que pagar las culpas de unas locuras que no han cometido. Me parece muy injusto.Ha tenido que ser Europa al completo, más el mandatario americano, los que digan a Zapatero basta ya de dispendio, de despilfarro y de excentricidades. Es vergonzoso que nos gobierne un iluminado que se permite dilapidar sin freno y sin control el dinero de todos los españoles en iniciativas absurdas hasta el esperpento. Pero es más vergonzoso aún que el resto de países lo sepa y que por ello hayan acordado que no se puede dejar solo al causante de semejante destrozo económico.Muy lejos queda el cacareado orgullo español. No sólo hemos perdido prestigio, credibilidad y respeto, sino que nos han retirado la confianza y con ella la autonomía y la libertad. Jamás España se sintió tan humillada internacionalmente. Jamás se provocó tanta humillación desde el interior. En ambos casos el protagonista es el mismo, es el que prometió una y mil veces que no haría nunca lo que acaba de hacernos a todos.No es cuestión sólo de ideologías, el problema es de egocentrismo y de personalidad. Zapatero es un irresponsable. Lo es por no atender ninguna sugerencia, por no ahorrar cuando unánimemente se lo han suplicado los organismos nacionales e internacionales cualificados para ello, por no decir la verdad, por no reconocer la gravedad de la situación. Lo malo es que pagan justos por pecadores. El socialismo ha aprobado el mayor recorte de derechos sociales para que sufran más los mismos de siempre. Un nuevo incremento impositivo se avecina cuando todavía esperamos la subida del IVA el 1 de julio. Poca imaginación, sensibilidad y rigor ha vuelto a demostrar Zapatero al plantear estas medidas improvisadas en tres días ante la acuciante alarma externa. Pero no nos dejemos engañar, le han exigido que gobierne y que reaccione frente a una crisis que siempre le mantuvo indiferente. Las medidas concretas no son impuestas, las ha elegido sólo él.Veo más positivo ahorrar en no aplicar la ampliación del aborto, que en los cheques bebé. Es mejor mantener el poder adquisitivo de los pensionistas, que subvencionar a Almodóvar y al resto del cine progre. Es más patriótico y productivo no rebajar salarios a los funcionarios, que gastarse millones de euros en ayudar a dictadores amigos de Zapatero. Es más solidario respetar las limitaciones de las personas dependientes, que sostener intactas las aportaciones a los sindicatos. Pero no. Este gobierno ha preferido abrir embajadas regionales por doquier, implantar sistemas de traducción simultánea entre españoles que hablamos el mismo idioma o costear con entusiasmo sandeces que gustan a Bibiana Aído. El Gobierno ha sido el único que ha continuado en la inacción, sin la mínima voluntad de ahorro. Las medidas son tardías, exageradas, injustas, clasistas y desproporcionadas. Sin embargo, cada día somos más los que creemos que Patriotismo se escribe con mayúsculas, los que no aceptamos que se trate de una palabra recurrente de quita y pon, los que no entendemos que Nación sea un concepto discutido y discutible, los que sólo deseamos un gran proyecto para España.

*Eperanza OÑA es portavoz del Grupo parlamentario del PP-A