OPINIÓN: Tus muertos

Esta es una frase tan andaluza como universal, aunque en el Sur tiene un componente mucho más liviano, ya que se usa hasta como muletilla admirativa «¡sus muertos, còmo ha triunfado el tío!». Sin embargo, si atravesamos Despeñaperros hasta la castellana llanura, hay un valle llamado de los Caídos donde los muertos toman otro sentido, eso si, fuera de lo común. Porque decidme qué sentido tiene un muerto en una guerra entre hermanos. Y ahora, con lo que está cayendo y el frío recorriendo las carteras, el aún Gobierno se despide a lo grande, diciendo que el agujero de Franco no es legal, porque ahí sólo pueden estar tus muertos y los míos de la época en que España dejó de hablar para empezar a matarse durante tres años o más. La verdad, me importa un carajo que el dictador esté ahí o donde quiera que descansen su huesos. Con estas polémicas parecemos un país desahogado y superficial, en vez de estar metiendo mano a lo que de verdad importa ahora mismo, que es salir del butrón donde yacemos. En el Valle de los Caídos están mis muertos y los tuyos, porque allí viven compatriotas de toda clase, ideología y posición social que un día cerraron los ojos para siempre y dejaron en el silencio y la lagrima a su hijos y a todos sus descendientes. Solo queda el recuerdo. Y para no olvidar, me apunto a lo que dice mi Jerónimo Tristante: un centro de interpretación de la Guerra Civil, para que esto no vuelva a pasar y tus muertos y los míos sean enterrados o incinerados cuando toque y en familia, a ser posible, de muerte natural. Que haya alivio y sálvese el que pueda.