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Arias Cañete: «Haremos ajustes ya pero las reformas exigen tiempo para surtir efecto»

«El BCE y las instituciones comunitarias tienen que apoyar a la deuda española». «El problema del PSOE no se arregla con un cambio de líder»

«Los sacrificios dependerán del déficit real y los anunciará Rajoy en la investidura»
«Los sacrificios dependerán del déficit real y los anunciará Rajoy en la investidura»larazon

MADRID- El ex ministro aparece en la línea de salida del nuevo Gobierno de Rajoy. Estuvo en la simbólica foto en el balcón de Génova de la histórica victoria del 20-N y en estos días de transición da voz al nuevo equipo del presidente electo.

-¿Hay que pararle los pies a Alemania?
-Alemania es el mayor contribuyente en el Presupuesto de la UE y ha sido un país muy solidario con España con los fondos estructurales. Ahora su opinión pública está preocupada porque entiende que están haciendo esfuerzos financieros que no se corresponden con los sacrificios de los países beneficiarios, y eso explica la posición de su Gobierno. Pero a partir de ahora España va a ser un ejemplo de seriedad: vamos a hacer las reformas necesarias y esperamos que se nos responda con flexibilidad para cumplir los objetivos de déficit en los plazos establecidos.

-¿Esa flexibilidad qué debe implicar?
-Que el BCE y los mecanismos establecidos a nivel comunitario tienen que apoyar a la deuda española hasta que las reformas empiecen a surtir efecto. Hay ajustes de gasto que son inmediatos, pero las reformas estructurales y los procesos de creación de empleo no son tan inmediatos. Nosotros creemos que en la UE hay que trabajar en la dirección de apoyar la puesta en marcha de mecanismos que faciliten los apoyos comunitarios a los países que de verdad cumplen.

-De momento Merkel ya ha dicho «no» a una reforma del BCE para que se implique más en la compra de la deuda soberana y «no» a los eurobonos. ¿Eso es asumible para España?
-No; para nosotros es deseable que el BCE intervenga, pero también es deseable que lo haga siempre en un contexto de países que están cumpliendo con las reformas. Habrá que buscar un equilibrio, y esperamos que en el próximo Consejo Europeo del día 9 se produzca algún paso adelante y que haya más flexibilidad. Hoy la UE está atravesando un problema muy serio y no puede dejar caer a sus grandes economías sólo por la aplicación de una ortodoxia teórica.

-¿La herencia que reciban podría en algún momento justificar que pidiesen a la UE ampliar los plazos para cumplir con el déficit?
-No, nunca. Esos plazos están ya establecidos y nosotros no seguimos el modelo Rubalcaba, es decir, el de que como no quiero hacer ninguna reforma lo único que se me ocurre es pedir más tiempo para cumplir con los objetivos. Las fechas y los objetivos de déficit los vamos a cumplir. Y vamos a hacer las reformas. Sólo esperamos tener apoyo del BCE y de las instituciones comunitarias.

-¿Confía también en que la UE y los mercados nos darán esa tregua que reclaman?
-España tiene que aspirar a estar entre los grandes y a participar en las grandes decisiones. Hoy estamos fuera del centro del poder, pero tenemos que trabajar para recuperar una posición central. En Europa hoy estamos también ante una situación excepcional, en la que los Gobiernos tienen que suplir las actuaciones de la Comisión europea para salvar la crisis. Esos salvamentos han servido para aplazar el problema, no para resolverlo. Y es responsabilidad de todos buscar soluciones permanentes para lo que está pasando. Por eso desde ese punto de vista Merkel puede tener razón cuando plantea que hay que hacer una reforma constitucional para que haya una política económica y fiscal europea que acompañe a la monetaria. Pero eso lleva tiempo y la crisis en los mercados es muy intensa, así que habrá que buscar una combinación entre la reforma constitucional y la intervención en los mercados durante un periodo transitorio.

-¿Hace falta un ministro de finanzas europeo?
-La política económica europea la puede desempeñar la Comisión Europea, el Consejo Europeo o la institución en donde se residencie. Lo que hace falta es que sea de verdad una política económica y fiscal conjunta que complemente a la monetaria. Cuando se creó el euro, Delors ya anunció que estábamos impulsando un mecanismo imperfecto porque le faltaba una pata al taburete.

-Parlamento Europeo, Consejo, Comisión… Muchas instituciones, muchos cargos, mucho dinero y hasta el momento ninguna solución. Ahora que se habla tanto de austeridad, ¿no le sobra también grasa a la UE?
-La Comisión es una administración muy pequeña en su conjunto. Y para representar a los 27 estados, el Parlamento tampoco es tan grande. Es cierto que podríamos ahorrar mucho dinero si en vez de tres sedes hubiera una, pero ya quisiéramos para nuestra Administración el tamaño de la europea. Con muy pocos funcionarios se hacen muchas cosas.

-¿Cree que esa estructura es eficaz?
-Todas las Administraciones son mejorables, pero los gastos de personal en el Presupuesto comunitario son reducidos comparados con los que hay en los Presupuestos nacionales. A la UE lo que le hace falta es un liderazgo más efectivo de la Comisión Europea, que el presidente permanente del Consejo sea más potente y que pueda poner con más fuerza encima de la mesa sus propuestas.

-¿Realmente Grecia tiene todavía solución?
-Tiene que hacer una reformas muy duras y hace falta que la opinión pública entienda la situación tan delicada en la que están. Grecia es la cuna de la civilización europea y no podemos asumir que sea un país a la deriva.

-¿Pero el euro puede sobrevivir sin Grecia?
-El euro puede aguantar muchas cosas, pero no es bueno que un país del euro se hunda. Evidentemente, la caída de Grecia no afectaría de manera tan grave a la zona euro como si el problema lo tuviera otro país más grande, pero vale la pena que nos salvemos todos juntos y que apoyemos las sinergias del buen funcionamiento común.

-Hay quien dice que en la práctica España es un país intervenido.
-No estamos intervenidos, pero sí tenemos que cumplir unos requisitos y hacer las reformas que exigen la UE y la zona euro. Ya cedimos soberanía cuando asumimos el Tratado de la UE, que nos somete a unas reglas. Y si ahora tenemos problemas es porque no las estamos cumpliendo. Si estuviéramos en una situación que nos obligara a aceptar los préstamos del FMI, entonces sí estaríamos sujetos a los durísimos requisitos que establece para los países a los que da financiación y eso ya sería otra cosa.

-¿Descarta esa posibilidad?
-No lo sé. Creo que en estos momentos no es necesaria si España y la UE hacen las cosas bien. Pero vamos a ver. Con la actual volatilidad de los mercados internacionales, las evoluciones de la economía son tales que nadie puede hacer predicciones siguiendo el modelo Salgado, que se ha demostrado que era el de un astrólogo de feria barata.

-Hablan de reformas, de ajustes… ¿Qué sacrificios concretos van a suponerle al ciudadano de a pie?
-Los sacrificios dependerán del déficit real que tenga la economía española en este año, ya que se agravarán progresivamente a medida que nos separemos del objetivo del 6 por ciento. No es lo mismo tener que hacer un ajuste para una desviación de unas décimas que estar hablando de un déficit del 7,5 o el 8 por ciento.

-¿Y usted está más en la segunda opción?
-No estoy en nada, porque no tengo las cifras exactas. Creo en la profesionalidad de los Cuerpos Nacionales de Intervención de la Hacienda Pública, pero cuando termine el proceso de traspaso de poderes habrá que ver las cifras reales de la contabilidad nacional. No es lo mismo un ajuste de 10.000 millones de euros, que se puede hacer sin un sacrificio con una intensidad muy fuerte, que un ajuste de 30.000 millones de euros, eso son ya palabras mayores. Nosotros tenemos estudiadas distintas alternativas y pondremos encima de la mesa la necesaria. Esto es como el juego de las siete y media: para ganar la partida, ni te puedes pasar ni te puedes quedar corto.

-¿Cuándo conocerán los españoles el alcance del sacrificio que requiere la situación?
-El momento es el discurso de investidura, que es cuando Mariano Rajoy contará con todos los datos necesarios para calibrar con rigor y responsabilidad el esfuerzo que le va a requerir a la nación española. Rajoy dirá la verdad, cosa que el Gobierno socialista no ha hecho nunca, y a partir de ahí propondrá un proyecto para salir de la crisis solidariamente, sin que el esfuerzo recaiga sobre los más débiles.

-¿Una de sus prioridades, ya como presidente del Gobierno, será irse a Europa?
-Ésa debe ser una prioridad para todo el Gobierno porque por delante tenemos más problemas que la deuda soberana y la falta de liquidez. Por ejemplo, hay que discutir las perspectivas financieras de la UE para 2014-2020, que son muy importantes para España. En un contexto de austeridad como éste, la inversión pública estará condicionada por lo que seamos capaces de negociar en la UE. Vamos a perder el fondo de cohesión, y casi todas las regiones españolas, probablemente menos Extremadura, saldrán del objetivo de convergencia. Otra cuestión clave en la agenda es la reforma de la política agraria común, uno de los capítulos del presupuesto comunitario del que recibimos más dinero, 7.500 millones de euros al año. Por tanto, el Gobierno deberá implicarse en una acción muy intensa para defender los intereses de España.

-¿Es que el Gobierno socialista no lo ha hecho?
-El nuevo Gobierno tiene que recuperar la voz de España en los Consejos de Ministros y buscar alianzas estratégicas con otros países de la UE. Eso no se ha cuidado nada en los últimos años. Los ministros socialistas han tenido alergia a las instituciones europeas y hasta han enviado a secretarios de Estado en lugar de acudir ellos. Ahora el reto es recuperar el máximo protagonismo posible.

-¿Hay más fechas clave para España en el calendario internacional?
-La próxima Cumbre Iberoamericana también será muy importante. Se celebra con ocasión de la conmemoración de la Constitución de Cádiz y ahí, igual que en Europa, tenemos que deshacer lo que se ha hecho mal en estos años. Zapatero ha fracasado en relación a Iberoamérica.

-¿Qué alianzas primarán allí?
-Tenemos una historia y una lengua común que hay que potenciar en el mundo coordinadamente con ellos y debemos ser los embajadores de sus intereses ante la UE. España tiene una presencia económica espectacular en Iberoamérica y hay que cuidarla y ampliarla en algunas zonas.

-¿Pero cuáles serán sus aliados principales?
-España tiene que contribuir lealmente al desarrollo económico de estos países y al asentamiento de los procesos democráticos.

-¿Cree que Rajoy debería incluir Marruecos entre sus primeros viajes internacionales?
-El presidente del Gobierno y su ministro de Exteriores establecerán las prioridades. Marruecos está, sin duda, entre los países con los que tenemos que buscar una relación privilegiada. Compartimos una historia de entendimiento fuerte, con pequeños problemas que en algunos momentos han distorsionado las relaciones. Pero hay que primar lo que nos une y valorar una situación geográfica que nos convierte en la plataforma de entrada de sus productos en la UE, al tiempo que ellos son la puerta de entrada en África. Sólo eso ya obliga a un entendimiento básico. Además, compartimos dos monarquías que siempre han tenido una muy buena relación, lo que ayuda bastante.

-En clave doméstica, ¿con qué líder del PSOE se entenderían mejor, con Rubalcaba o con Chacón?
-No me gusta hablar de los problemas de otros partidos porque yo también los he vivido en el mío. Sólo deseo que los superen pronto para que en la oposición haya un partido serio que colabore en el proceso de diálogo para sacar a España adelante. Si tuviera que darles un consejo, que ya sé que no me lo aceptarían, sería que el problema no se arregla con cambiar un líder por otro, sino que tienen que abrir un debate de ideas y definir el socialismo del siglo XXI en un mundo globalizado. Cuando se hace política con un socialismo del siglo XIX, se llega a un país con 700.000 millones de deuda, con cinco millones de parados y que es un problema en la UE.

-¿Qué pactos de Estado son prioritarios?
-Hay que pactar todas las grandes reformas que necesita España, empezando por la que afecta al paquete estructural para cumplir el déficit y la reforma laboral. Y también hay que mantener el acuerdo en política antiterrorista porque ETA no se ha disuelto ni ha entregado las armas ni ha pedido perdón a las víctimas. Y, por supuesto, España necesita un pacto de Estado para reformar el sistema educativo y cambiar unas leyes obsoletas que están provocando unas cifras escandalosas de fracaso y abandono escolar y una escasa capacitación en contenidos básicos como las matemáticas o los idiomas.

-Y si en la pasada Legislatura esos acuerdos no fueron posibles, ¿por qué lo van a ser ahora?
-Los españoles han dado un aviso muy serio en las urnas al PSOE y los políticos responsables tienen que oírlos.

-Pero lo que dicen en el PSOE es que ustedes no los quisieron entonces porque decidieron hacer oposición con la crisis.
-Los ciudadanos han castigado en las urnas la gestión socialista de la crisis. Y si ahora confío más en los pactos es porque algunos de los que han llevado a España a esta difícil situación no tienen más remedio, porque así lo han querido los españoles, que hacer examen de conciencia.

-Dicen desde las comunidades autónomas que ya no tienen margen para hacer más recortes sin tocar el gasto social.
-Con imaginación siempre hay más capacidad de austeridad y seguro que todavía hay partidas de gasto no social que creemos fundamentales y que a lo mejor no lo son. Hay que revisarlo todo. Vamos a hacer una Ley de Estabilidad Presupuestaria y vamos a convocar a todas las comunidades autónomas a un pacto nacional por la austeridad más intenso. Hay que hacerlo todo conjuntamente y garantizando el mismo nivel de prestaciones para todos.

-¿Qué partidas que creemos fundamentales no lo son?
-Cada comunidad tiene un presupuesto distinto y hay que analizarlo. De las embajadas, por ejemplo, dicen que son el chocolate del loro, pero a lo mejor no lo son tanto si tenemos en cuenta todos los desplazamientos que generan cuando hay una representación permanente en Bruselas. Y hay muchos otros chocolates del loro que sumados hacen mucho. También hay que revisar todas las subvenciones, por ejemplo.

-¿En Cataluña han elegido bien las prioridades del recorte?
-Artur Mas ha tardado año y medio en tomar las decisiones, y son sus decisiones. Nosotros creemos que hay que hacer esfuerzos comunes de tal manera que sufran menos los más débiles. Siempre es posible ahorrar un poco más, a veces incluso con decisiones tan simples como racionalizar los horarios de trabajo o apagar la luz cuando no se está en el despacho. Sumando pequeñas cosas se consiguen grandes ahorros.

«En el Consejo Europeo Zapatero debe ser más contundente»
-¿Qué líneas rojas debe marcarse el presidente en funciones en el Consejo Europeo del día 9? Es de suponer que estarán pactadas…
-En ese Consejo, España debe dejar claro que va a hacer todas las reformas que tiene que hacer y debe dejar un mensaje mucho más contundente del que ha trasladado siempre Zapatero. Hoy hay un Gobierno en funciones, pero habrá un nuevo Gobierno en unas semanas que ya ha dicho que cumplirá. Nosotros confiamos en que Rodríguez Zapatero hará lo mejor para defender los intereses de España.