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F.C. Barcelona

«Kunfusión»

La Razón
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Le cantaron tangos al oído, le mostraron un paraíso con más títulos que palmeras y al comparar la inmensa floresta merengue con el secarral rojiblanco dispuso el hatillo. Invirtió 4,7 millones de euros en una mansión exclusiva para pasar el resto de su vida futbolística en Madrid y se ciscó en quienes con la partida de Fernando Torres le eligieron adalid, estandarte, ariete, líder e icono de la afición atlética. Inconsciente, ignorante, in-sensato y mal aconsejado, separó su corazón del de sus seguidores con alambradas de espino; cada vez que hablaba, añadía un obstáculo más a una hipotética reconciliación. Él, estúpido e inmaduro, seguía escuchando tangos y pateando campos de Liga de Campeones, de blanco inmaculado, sin rayas rojas, «Kunfusión». Él ahora se arrepiente, le gustaría pedir perdón y regresar a sus orígenes antes que emprender un viaje a Manchester imprevisto hace dos meses por sus planificadores. Sin embargo, no dudaría ni un segundo en traicionar de nuevo a los pocos seguidores que le quedan en el Calderón si el Madrid le dijera «ven». Lo dejaría todo por culminar, felizmente para él, uno de los cuatro grandes culebrones de este verano. Alexis ha sido el primero en cumplir su sueño y jugará en el Barça; Cesc no pega ojo; a Neymar le marean, aunque se sabe del Madrid, y él, Sergio Leonel Agüero, alias «Kun», ya no escucha tangos sino pitos en los oídos. La gente de bien del Atlético no le perdona.