Bolsa
Y se desató la fiebre del pulpo
«¡Mira, ese es el pulpo Paul!», se decía en una pescadería ayer por la mañana en tono jocoso. Sin duda, el cefalópodo más famoso del mundo ha conquistado los corazones de todos los españoles, hasta el punto de suponer una cuestión de Estado.
Sus aciertos en los vencedores de cada partido del Mundial no han pasado desapercibidos para políticos o empresarios. De hecho, hasta en la localidad gallega de Carballiño han invitado a Paul a acudir a la Fiesta del Pulpo junto a la selección española.De este modo, quien más quien menos le rinde un homenaje a los octópodos, como hacen los que se lanzan a los mercados, lonjas, pulperías, bares o restaurantes a consumir a los parientes de Paul. El pulpo se ha convertido en el producto estrella de los mercados. La gente lo pedía ayer en las pescaderías, «aunque un poco por la gracia», explicaba un pescadero mientras despachaba sendos pulpos «que van a hacerse a la gallega», ilustraba al cliente, dueño de una pulpería.Desde una carnicería de otro típico mercado, el tendero afirmaba no haberse fijado «en lo que pedía la gente» de la pescadería de enfrente, pero «no me extraña» que se hayan «decantado por el pulpo».Lo cierto es que la fiebre por consumir octópodos puede despertarse en cualquier momento, y algunos restaurantes ya empiezan a notar cómo se dispara la demanda de pulpo entre sus comensales. «Pues sí, no se cuantos pulpos habremos servido, pero más que un día normal», admitía el camarero de un bar gallego.Pese a ello, no todos los restaurantes están atrapados por los tentáculos de los consumidores de pulpo. En la pulpería de Luis no se ha visto reflejado ese ahínco, ya que el nivel de platos de este octópodo servidos ha sido «normal», aunque siempre «puede llegar la fiebre por el pulpo». En ese caso, habrá que «felicitar a Paul».
✕
Accede a tu cuenta para comentar