Los corales atacados por algas tóxicas usan químicos como señales para pedir ayuda a sus «guardaespaldas»

Los corales amenazados por un ataque de algas tóxicas son capaces de pedir ayuda, según un estudio del Instituto Tecnológico de Georgia publicado esta semana en «Science». Para ello, los corales envían señales químicas a sus peces «guardaespaldas» que responden rápidamente para eliminar el alga nociva, que puede matar el coral si no se retira rápidamente.

«Los peces han evolucionado para atender el olor liberado en el agua por el coral», explica Mark Hay, profesor de Biología del citado instituto. Para llegar a este hallazgo, el equipo de investigadores analizó el comportamiento de dos especies de peces gobio (Gobiodon histrio y Paragobiodon echinocephalus) en el laboratorio. Y la conclusión es que en los corales en los que añadieron estos peces herbívoros, la cantidad de algas de la especie Chlorodesmis fastigiata que pusieron (altamente tóxica) disminuyó en un 30 por ciento en tres días y el daño al coral se redujo entre un 70 y un 80 por ciento. En cambio, los corales que no tenían gobios sufrieron graves daños por las algas.

Se trata de la primera vez que se describe esta relación simbiótica mediante señales químicas entre peces y corales para eliminar a los «competidores». Una relación similar a la que hay entre acacias y hormigas, ya que mientras estas últimas reciben alimento y refugio de los árboles, los protegen de competidores. En el caso de los peces gobio, que se pasan toda su vida entre las grietas de los corales, reciben de estos animales protección frente a sus propios depredadores, mientras los peces herbívoros eliminan las amenazas que se ciernes sobre los corales.
Este sorprendente hallazgo podría permitir descubrir nuevas sustancias químicas que pudieran ser útiles en un futuro para diseñar productos farmacéuticos con diferentes aplicaciones.