Las tres pistas por Alfonso Merlos

Qué patético suena ahora el latiguillo según el cual «el PP hacía bien en celebrar los sondeos porque el PSOE festejaría los resultados electorales». Nada más falso. El socialismo es hoy una orquesta en desbandada y desafinada. No hay debate que valga. De momento hay atontamiento, ausencia de armonía y ruido. Que no nos vendan la mercancía averiada de la democracia. Eso no es lo que está aflorando en las voces que llegan del País Vasco o Andalucía o Cataluña o Madrid. Son varias, por el contrario, las operaciones que están en marcha para cimentar, por las buenas o por las malas, la era post-Zapatero.

La primera, la operación Salvemos a Rubalcaba, que consiste básicamente en hacer como si el peor candidato de la historia del PSOE hubiese contado con el respaldo masivo de las bases y hubiese salido del 20-N con una dignísima derrota. La segunda, la operación «Ahora sí, Chacón», capitaneada por los que creen que los vástagos de Pablo Iglesias tienen derecho a ser nacionalistas como los que más y que, en consecuencia, la parte es más importante que el todo. La tercera, la operación A ver quién sale, que pasa por esa actitud de «esperar y ver» que están adoptando algunas federaciones, conscientes de que la izquierda está hecha trizas, hay una generación de dirigentes fundida y hace falta savia fresca, con más o menos experiencia.

El PSOE necesita una nueva pista de despegue, un piloto preparado para asumir retos y riesgos. Pero antes de elegir tendrá que hacer lo que no ha hecho hasta ahora: creer en España, apostar por España.