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El Gobierno emplaza a la oposición a «arrimar el hombro»

Estima que la reforma laboral empezará a dar frutos a partir del año que viene

El Gobierno emplaza a la oposición a «arrimar el hombro»
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MADRID- El Gobierno tenía claro desde hace tiempo que era inviable ajustar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2012 al 4,4 de déficit que marcó Bruselas para un escenario económico completamente distinto al actual. Este periódico ya informó el pasado sábado de que esa regla no se cumpliría. Y el lunes adelantó también que el Gobierno barajaba que el déficit se quedase alrededor del 5,8-5,9 por ciento del PIB: por tanto, la decisión de ajustar el déficit al 5,8 por ciento, que ayer se oficializó, estaba madura desde hace tiempo, con independencia de cómo se saldase el Consejo Europeo que esta semana se ha celebrado en Bruselas.
La situación es «muy complicada», dijo ayer, gráficamente, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Tan «complicada» como para que desde la tribuna desde la que se informa de las decisiones adoptadas en el Consejo de Ministros se emplazase a la oposición, y en concreto al PSOE, a tener una actitud responsable y a arrimar el hombro ante los ajustes a los que obliga el recorte del gasto público que exige Bruselas. El Gobierno tiene que recortar de nuevo el gasto de sus ministerios, en todos sus apartados, pero además tiene que lidiar con las quejas de las comunidades autónomas, obligadas a hacer unos ajustes más fuertes que el Estado, pero, en cualquier caso, siempre más suaves que los que impondría el listón del 4,4 por ciento de déficit marcado por Bruselas.
El Gobierno que preside Mariano Rajoy fue ayer exquisitamente prudente al valorar el difícil escenario económico de este año y, sobre todo, al hacer sus proyecciones de futuro. En relación con el orden público y las manifestaciones contra los recortes, la vicepresidenta sentenció que el Gobierno protegerá el derecho de aquellos que quieren manifestarse en contra de su política, pero también velará por los derechos de los que no se echan a la calle. Es decir, respeto a las protestas, pero aplicación de la Ley con contundencia frente a cualquier brote de violencia, como los vistos esta semana en Barcelona.
«Responsabilidad», «sentido de Estado», «colaboración»....
En una jornada plagada de malas noticias, el Ejecutivo hizo especial hincapié en subrayar la trascendencia de la tarea que España tiene por delante. Y en relación con el drama del paro, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, señaló que la previsión del Gobierno es que la reforma laboral empiece a surtir efecto a partir del año que viene.