Convenios colectivos

Excusas

La Razón
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Rajoy ha lanzado sus dardos sobre la reforma laboral poniendo el acento en la indefinición jurídica que conlleva la enumeración de las condiciones que facilitan el despido objetivo. Según su criterio, explicitar las condiciones del despido procedente provocará un embrollo en los tribunales. La crítica es como mínimo sorprendente, viniendo de quien viene. El PP –y los empresarios– siempre ha defendido mayor celeridad en la tramitación de expedientes, menor dilatación en el tiempo de resolución y generalización de la indemnización de 20 días prevista en este tipo de despidos. Hoy ya está previsto el despido objetivo y la intervención judicial. El año pasado, el más duro de la crisis, solamente el 15% de los despidos fueron objetivos. Los empresarios, en aras de la rapidez, pactaban los despidos colectivos como improcedentes y pagaban 45 días para acelerar el proceso de ajuste en la empresa. Ahora la reforma les abre otra vía porque especifica las condiciones del despido objetivo. Además, la propuesta gubernamental incluye que un expediente presentado ante la autoridad laboral y no contestado por ésta, será considerado autorizado, justo al contrario que hasta ahora. O sea, los jueces tendrán el mismo papel que hasta ahora pero la reforma abre una vía de despido evidentemente más rápida... y más barata. La lógica nos indica que si el decreto facilita esta modalidad de salida del mercado de trabajo los sindicatos se opongan. Lo que sorprende es que lo haga Rajoy. El presidente popular, después de tanto debate, podría haber encontrado una excusa mejor para negar el pan y la sal al Gobierno y no refugiarse en excusas de mal pagador. Quizás, incluso, podría proponer su propia propuesta. Alguna vez hay que mojarse.