España
Madrid capital del Mundo
Hasta el pitido final del árbitro, tras 92 minutos de máxima tensión y 30 de infarto, Madrid no despertó. Las calles que habían estado desiertas desde minutos antes de la final, fueron «tomadas» por la furia «Roja».
España había hecho historia y Madrid se convirtió en la capital del mundo. Desde el «Soccer Recoletos Stadium», el corazón de las ilusiones españolas, las más de 200.000 personas que vieron allí el partido se mezclaron con la marea de españoles eufóricos que nada más acabar la prórroga se lanzaron a la calle para celebrar algo histórico. Las camisetas rojas ya iban atadas en la cintura y las pinturas de la cara, desteñidas, pero la emoción, los cánticos y la celebración sólo acababa de empezar. A la tensión vivida durante el partido se unió simplemente que España lograba un hecho histórico. «Esto no es comparable con nada», afirmaban dos chicos con lágrimas en los ojos. Y es que si con la final de la Eurocopa, Madrid se volvió loco, ayer, con la gesta del Mundial, la ciudad entró en éxtasis. El sonido atronador de las vuvuzelas, sin duda la palabra de moda en el Mundial, se imponía a los petardos, las bengalas, al claxon de los automóviles y a los gritos de entusiasmo de cientos y cientos de seguidores que se hicieron los dueños de la calzada. Cánticos como el de «yo soy español, español, español» fue lo más cantado de la noche: abrazados, dando saltos o balbuceando de la emoción, pero lo cierto es que nunca antes el cántico se había gritado con tanta euforia. Como si de la marabunta se tratara, miles de personas avanzaron hacia Cibeles y Neptuno, patrones del fútbol madrileño, hasta hacerse con la Castellana entera. Los pocos coches que osaban atravesar la vía fueron toreados, saltados y zarandeados por todo tipo de «personajes»: toreros, flamencas y algunos disfrazados de pulpo. Y es que, Paul fue el otro protagonista de la noche: «¡Ya lo dijo el pulpo, vamos a ganar; ya lo dijo el pulpo, vamos a ganar, la, la, la!», se oía cada poco. Pero no sólo madrileños celebraron ayer el triunfo de la Selección española ni se concentraron todos en la Castellana. Las principales plazas y fuentes de la ciudad se llenaron de gente de todo el país para celebrar el triunfo de «La Roja» hasta altas horas de la madrugada. También había personas venidas desde todas partes del mundo para participar en la fiesta, confiadas en el triunfo español. Las televisiones extranjeras que retransmitieron la final daban testigo de lo que ayer se vivió: «Nunca he visto nada igual, la afición de España es increíble». Y es que a los madrileños nadie les gana en lo de celebrar.
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