Cataluña

Ussía y Mingote despiden al Gobierno

Dos grandes del periodismo llevan años repasando el estado de la nación. Un libro reúne sus palabras y dibujos desde 2007. ¿Adivinan a quiénes le dicen «¡Que se vayan!»?

Mingote y Ussía en una imagen tomada ayer en el domicilio del dibujante
Mingote y Ussía en una imagen tomada ayer en el domicilio del dibujantelarazon

Etre ambos se percibe una amistad que viene de lejos y que se afianza con los años, a pesar de que no en todo opinan igual. Sin embargo, es más lo que une que lo que separa al periodista y columnista de LA RAZÓN Alfonso Ussía y al veterano humorista gráfico Antonio Mingote, dos instituciones del periodismo español. Y, sí, dos viejos amigos. En estos tiempos, ambos tienen claro lo esencial. Y eso se nota al leer «¡Que se vayan!», un volumen editado por Planeta que recoge artículos del primero publicados en este diario y dibujos del segundo, que abarcan desde 2007 hasta abril de este año. Entre los dos trazan un dibujo sociopolítico divertidísimo e inequívoco sobre el momento que atraviesa el país.


-«¡Que se vayan!»... pero no se van, parece. Y hay para dos años más.
-Ussía: a Antonio, como a mí, no hay nada que más nos aburra que la política, pero no nos queda más remedio que hablar de ella.
-Mingote: A mí, más que la política, me aburren los políticos.

-¿Estos aburren o cabrean?
-U.: A mí me enfadan, me hastían.
-M.: La mayoría de los españoles están convencidos de que la derecha siempre lo hace bien y la izquierda siempre lo hace mal; la otra mitad cree lo contrario. Esta idiotez es lo que me saca de quicio. Y lo cree gente preparada, culta y razonable.
-U.: Incluso en las condiciones actuales, esa gente cree todavía que Zapatero lo está haciendo bien. Cuando ha sido la mayor calamidad política que ha tenido España.
-M.: Sí, la izquierda lo sigue adorando y la derecha maldiciendo. Y no es para tanto: a lo mejor es un hombre bienintencionado.
-U.: No, Zapatero es un resentido.
-M.: Más que eso, es un adolescente en política, un iluminado. Aprendió de chico, de su abuelo, esas tonterías sobre la derecha y la izquierda.

-Pues son ya seis años en el poder. Es hora de pasar la adolescencia, ¿no?
-M.: Lo que ocurre es que es muy hábil, no sé cómo se puede serlo sin saber hablar (risas).
-U.: Yo creo que ha llegado el momento en que se tiene que ir.
-Uno de los temas recurrentes del libro es el nacionalismo.
-U.: Es la mayor tontería que pasa en España desde hace años.
-M.: Son los culpables de todo lo malo que ocurre: la economía, la intransigencia, el desconocimiento, la enemistad entre provincias...
-U.: Sin nacionalismos, hasta Zapatero lo hubiera hecho mejor.
-M.: Claro, no tendría esas complicidades absurdas y contra toda razón. ¿Cómo puede ser cómplice un jefe de Gobierno de España con un tipo que no quiere ser español?

-¿Cómo se ha manejado el Gobierno con el problema de ETA?
-U.: ETA es una desgracia, una barbaridad, y también una consecuencia del nacionalismo.
-M: ETA es una rama violenta y asesina del PNV.
-U.: Personas muy destacadas del PNV, como Xabier Arzallus, han reconocido siempre que no quieren la derrota policial de la banda, que ETA remueve el árbol y ellos recogen los frutos.

-En sus escritos critica la debilidad del Ejecutivo frente a ese problema.
-U.: Prueba de ello es que estamos otra vez iniciando un proceso vergonzoso, después del fracaso del primero, en el que, según parece, Herri Batasuna da por hecho que se presenta a las próximas elecciones. El lenguaje de los políticos socialistas ha cambiado: ya se habla de «buenas vibraciones», etcétera. Sería una vergüenza.

-Mingote dibuja a Zapatero musitando: «Yo había hecho un plan perfecto para la reactivación de la economía, y ahora me encuentro que 7 por 4 no son 32». ¿A este Gobierno no le salen las cuentas?
-U.: A un Gobierno socialista con cuatro millones y medio de parados, ¡cómo le van salir las cuentas!
-M.: No tendrán la tabla de multiplicar... Cuando yo era chico, en los cuadernos del colegio las teníamos. Ahora a lo mejor ya no se hace. Lo de la educación es muy grave. Pero eso es otra historia...

-Ussía, ¿qué le pasa con «los de la ceja», para que les dedique tantas páginas?
-U.: Considero que son unos granujas. Primero, hacen muy mal cine o no cantan tan bien como creen, y están viviendo de gorra de los cuatro que pagamos nuestros impuestos. Lo que hace falta aquí son productores que se arriesguen y que hagan buenas películas.
-M: Yo no estoy de acuerdo con Alfonso en esto de los actores: creo que se están haciendo buenas películas en el cine español.
-U.: Pero la gente no va a verlas.
-M.: Sí van, ahora tenemos ya tres Oscar españoles.
Prudentemente apartada hasta ese momento, Isabel, la esposa de Mingote, interviene en la entrevista para decirle a Ussía: «No van por tu culpa, que te metes mucho con ellos». Lo cual no hace sino arrancarle una carcajada al columnista: «¡Pero tú crees que tengo esa fuerza! Si yo quiero que se haga buen cine, pero que lo paguen los productores». Y sigue la cosa: a Mingote le gusta Penélope Cruz –en todos los sentidos–, a Ussía le parece mala actriz. Pasamos página para hablar de quienes no la pasan. Y falta tiempo para elaborar la pregunta antes de que salten ambos...

-La memoria histórica...
-U: Eso ha sido remover, a través de los huesos, unos rencores que creíamos desaparecidos cumplida la Transición. Es uno de los grandes errores de este Gobierno.
-M.: El mayor, es un disparate.
-U.: Además, es memoria histórica parcial, porque sólo quieren reivindicar a los de un lado, cuando por el otro también se sufrió muchísimo. Por eso decía que hay algo de resentimiento en Zapatero.

-En esa lista de errores del Gobierno, ¿cuáles serían los siguientes?
-U: Que no saben gobernar. Ya está. No hay que seguir la lista.
-M.: Los políticos son todos unos aficionados. Para llegar a ministro basta con ser amigo de la cuñada del presidente. ¿Por qué no existe la carrera de ministro de Agricultura, por ejemplo? No digo de Sanidad, para que no parezca que tengo saña contra la ministra.
-U.: Yo sí la tengo: no se puede premiar a una persona que lo ha hecho mal con un Ministerio. Leire Pajín no sabe absolutamente nada de sanidad. Como tampoco lo sabía Celia Villalobos con Aznar.

-Uno de los ministerios que más titulares ha dado ha sido Igualdad.
-M.: No me río porque no soy extranjero.
-M: En mi opinión, Bibiana Aído no merece ni un comentario.

-Ussía decía en abril de este año: «Mariano Rajoy, al que mucho en lo personal respeto, no parece animado a ganar las próximas elecciones». ¿Lo mantiene hoy en día?
-U.: La situación ha cambiado: aunque parezca que no quiere ganarlas, las va a ganar.
-M: Más bien las van a perder los otros.
-U.: A Rajoy lo nombra Aznar cuando prácticamente era seguro que el PP iba a ganar las elecciones. Luego viene el desastre aquel del 11-M.
-M.: Y la utilización torticera, maquiavélica, que hacen de eso.
-U.: Rajoy hubiera sido mucho mejor presidente de Gobierno que Jefe de la Oposición, porque creo que es un hombre preparado, culto, ponderado. Pero para ser jefe de la oposición le falta carácter.
-M.: Y habilidad política. Yo se lo he dicho a veces a Rajoy: ha tomado en serio a un personaje al que no hay que tomar en serio.

-El libro abarca hasta abril. No se habla de los últimos cambios ministeriales. ¿Pueden hacer un esbozo del cambio?
-U: Ha reforzado el Gobierno para parar la sangría y recuperar las elecciones. Y le ha dado todo el poder al político más listo, maquiavélico y manipulador que hay en España, Rubalcaba.
-M: Lo de ETA ellos creen que puede ser un éxito, pero va a ser su perdición. No se sostiene que los de Batasuna entren en las elecciones.
-U: Ni que crean que ETA va a dejar las armas.

-Aparecen en las páginas nombres que han sido noticia: la polémica con Garzón, el Estatut de Cataluña, De Juana Chaos...
-U.: Este tipo de libros no son oportunistas. Sirven para resumir la crónica de España de una época. Si hay algún lector que lo abra dentro de 30 años, se dará cuenta de las cosas que pasaron en España.

-¿Y en 2012, qué ocurrirá?
-U.: Por lo que me dicen, la situación económica no sólo no va a mejorar sino que va a empeorar un poco. Por eso es conveniente votar con pragmatismo y que gane el PP. La derecha siempre ha sido mejor administradora del dinero público que la izquierda. Es necesario que haya un cambio de rumbo: el camino que llevamos es desastroso.