Yemen
Los países del Golfo se unen para que Saleh deje el poder
Decenas de miles de personas se manifestaron ayer en Yemen para pedir, una vez más, la salida del presidente Ali Abdulah Saleh, en el poder desde hace 32 años.
En un primer momento, la marcha en la capital, Saná, estaba convocada para llegar hasta el edificio de Naciones Unidas, cerca del ostentoso palacio presidencial. Sin embargo, el miedo a una violenta dispersión, hizo que la protesta volviera a localizarse a las afueras, en la zona universitaria donde vienen sucediéndose las manifestaciones desde el 13 de febrero.
El sábado se registraron enfrentamientos en distintas ciudades yemeníes y en Taiz, al sur, un manifestante murió por un disparo. Además, según cifras del hospital contrastadas por la agencia Reuters, hay más de 570 heridos de distinta gravedad. Desde que comenzaran las protestas, han muerto más de 120 personas según distintas organizaciones de derechos humanos.
Ayer en Saná, y tras los violentos choques del fin de semana, un grupo organizó una «marcha silenciosa» con carteles en inglés en los que se podía leer «¿Cuántos de nosotros debemos morir antes de que el mundo nos preste atención?». La mujer que portaba la pancarta no estaba tan desencaminada pues ayer los ministros de Asuntos Exteriores de los países del Golfo se reunieron en Arabia Saudí para promover un plan de paz a través del cual Saleh entregue el poder a un nuevo Gobierno de coalición.
A Saleh ya le sentó mal que estos países «intervinieran» en su crisis –los ministros ya nalizaron la situación el viernes– y llamó al embajador de Catar a consultas. Ayer el propio ministro de Exteriores yemení, Abu-Bakr Al Qirbiseñaló que estaba estudiando la propuesta del Golfo. No fue el único que ayer contradijo al mandatario, mientras que cientos de militares se unieron a las manifestaciones, el gobernador de Taiz indicó que no es él quien ordena reprimir las protestas.
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