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El último Palau por Víctor Fernández
Creo que hacía tiempo que no esperaba con tanto entusiasmo un libro como el que acaba de lanzar Polígrafa. Es el último tomo de la gran obra que Josep Palau i Fabre consagró a Picasso, centrado en los años de su relación con Marie-Thérèse Walter concluyendo con la realización de «Guernica». Creo que hay que aplaudir la nada fácil labor de Julià Guillamon y Alícia Vacarizo, reuniendo y dando forma a los textos que Palau dejó inéditos, a la espera de dar forma para convertirse en el libro que finalmente ha sido.
Resulta todavía hoy emocionante leer a Palau i Fabre. Los que tuvimos el privilegio de conocerle, de hablar con él y compartir la admiración picassiana, creo que sentimos lo mismo con estas nuevas páginas. Es la misma emoción de siempre, la devoción a un artista inacabable. Creo que era Alberti (o Neruda) quien decía que Picasso no era un país sino todo un continente en el mundo de la pintura.
Palau no era un crítico de arte. Era un poeta y los poetas se mueven por sentimientos y emociones. En ocasiones esa es la mejor herramienta para comprender una obra de arte. No reniego de lo que uno puede encontrarse en los sesudos y elocuentes ensayos de maestros como Gombrich o Hughes, pero hay veces que conviene dejar a un lado la Academia para saber leer un cuadro. Eso es lo que le pasaba a Palau cada vez que se enfrentaba, en el mejor sentido de la palabra, con Picasso. También tenía otra ventaja y era la de haber tratado en muchas ocasiones al maestro.
¡Qué alegría ver que ese legado revive en este libro!
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