Miami

«Después del parto cómo vuelvo a la 36»

Paulina Rubio ya tiene en brazos «el regalo más bonito que me ha dado la vida». El pasado 14 de noviembre, nacía el hijo de la «chica dorada» y Colate. Pero Andrea Nicolás Vallejo-Nájera Rubio no venía al mundo con un pan bajo el brazo, sino con una demanda judicial de 985.000 euros que acaba de ser interpuesta a la cantante por cancelar a última hora un concierto ante el mismísimo presidente de Colombia

La artista mexicana dio a luz el pasado lunes en Miami
La artista mexicana dio a luz el pasado lunes en Miamilarazon

Su mamá pondrá inmediatamente el asunto en manos de sus abogados. Mientras, ella estará muy ocupada. Cuidándole «full-time», e intentando «meterse en cintura» para volver a enseñar ombligo sobre el escenario.

Probablemente, Paulina Rubio tendrá ya su recuperación debidamente planeada. Para volver a vestir la talla 36, le bastará con seguir a rajatabla una dieta saludable –aderezada por las hortalizas orgánicas que ella misma cultiva–, y aumentar las horas de entrenamiento deportivo. Esto parece sencillo. El escueto biquini con el que posaba días antes de dar a luz daba fe de que sólo ha engordado los nueve kilos de rigor recomendados. Pero el diámetro de su tripa evidenciaba una altísima probabilidad de estrías. A los veintipocos, cuando la piel cuenta con reservas extra de elasticidad, éstas pueden esquivarse. Pero cerca de los 40 –la actriz los cumplirá el próximo mes de junio– es misión prácticamente imposible.

Para el resto de las mortales no supone un problema excesivo acostumbrarse a un abdomen plagado de líneas verticales. Pero las estrías pueden convertirse en un drama para una pop-star con preferencia por los mini-shorts y los tops minimal.

Hace un par de años, hubiera tenido que mentalizarse a fondo y aprender a convivir con ellas, pero la cantante ha dado a luz en el momento justo, cuando las tecnologías médico estéticas se atreven a asegurar, por fin, que esta patología ha dejado de ser imbatible. La gran esperanza llegaba al mercado hace unos pocos meses bajo el combativo nombre de Striak.

Su acción está basada en la aplicación localizada de radiofrecuencia, que es capaz de generar nuevo colágeno y elastina por estimulación de las proteínas de choque térmico, y su corriente se aplica selectivamente sobre la parte de la dermis afectada, llegando a borrarla. Aunque es a partir de la cuarta sesión cuando se empiezan a notar los resultados, la recomendación del tratamiento es de diez sesiones.

Si prefiere el láser, Paulina Rubio también puede probar con el rayo prodigioso. Y aunque en los últimos meses también han aparecido en escena nuevos modelos que aseguran borrarlas al completo, el láser Fraxel es uno de los más seguros. Como explica a LA RAZÓN la doctora Adriana Ribé –dermatopatóloga y directora de la Ribé Clinic de Barcelona– «los resultados son mejores en la fase más reciente de la estría, la vascularizada, y desde mi experiencia, este láser puede conseguir, en cinco sesiones, una mejoría muy notable, con reducción de hasta el 80%, y que consiste en una disminución del tamaño de la estría, que se acorta y se estrecha y en un tono y una textura más parecida al de la piel normal». Cuando le preguntamos por otras técnicas de futuro, nos habló de una máquina llamada Bi-one.

«Realiza un tratamiento llamado biodermogénesis que consta de cuatro fases: peeling mecánico, electroterapia, endodermia y microdrenaje linfático, y que una consigue una reducción visible de las estrías. Es un tratamiento más costoso y largo, requiere entre 10 y 20 sesiones, que se deben realizar cada tres días, pero es muy efectivo».

Adiós a la cicatriz

Paulina Rubio se las prometía muy felices, y ya lo tenía todo organizado para «disfrutar» de un parto bajo las aguas de su piscina climatizada, para poner en práctica sus conocimientos de yoga y técnicas de relajación. Pero una complicación la obligó a acudir a un hospital de Miami y someterse a una cesárea de urgencia. Que no cunda el pánico. También hay técnicas para que la cicatriz de la cesárea pueda pasar prácticamente desapercibida.

Las tiras kinesiotape, suponen uno de los avances más novedosos en la recuperación cicatricial. Como explica a LA RAZÓN Néstor Amaro, un fisioterapeuta que ya ha comenzado a utilizarlas en la clínica Guilarte de Madrid para acelerar la recuperación de la piel después de liposucciones o cirugías más agresivas, «a simple vista, parecen un esparadrapo convencional, pero la disposición de su pegamento, a base de circunvoluciones, facilita el drenaje linfático, elevando la piel en aquellas zonas donde hay pegamento. Es precisamente esta elevación-no elevación la que permite que se creen canales de drenaje linfático que disminuyen la presión intersticial. Se trata en definitiva, de despegar la cicatriz para que ésta sea de «piel viva», sin retracciones que alteren la fisionomía de la zona».

Hay otra original alternativa a la que recurren en el IDB de Barcelona, donde apuestan por aliarse con las cicatrices. Para ello se realizan sobre ellas tatuajes cosméticos que las camuflan. Maribel Franco, especialista en micropigmentación, es la encargada de tatuarlas y cada vez tiene más pacientes que recurren a esta técnica. ¿Estrenará Paulina tatoo en su próxima aparición pública sobre el escenario?


Guía para ponerse a tono
Paulina tiene deberes de belleza en Madrid. Su primera parada debería ser Segretti di Bellezza y hacerse con un arsenal de Tummy Tuck Stick de Rodial. También enviar a alguien a la perfumería Enia de Barcelona para comprar unas cuantas unidades de Boob Tube de Mama Mio. Pedir cita en la clínica Mira+Cueto para el Tratamiento Recuperación Dual de la Firmeza Pectoral y algunas visitas el Centro de Belleza de Carmen Navarro. Penélope puede hacer esta agenda suya si, como tiene previsto, da a luz en la capital.