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Fijarse en la capacidad y dejar atrás los prejuicios

En la imagen, Pablo Pineda, primer licenciado europeo con Síndrome de Down y protagonista de la película «Yo también»
En la imagen, Pablo Pineda, primer licenciado europeo con Síndrome de Down y protagonista de la película «Yo también»larazon

VALENCIA- Hombre, de 38 años, con formación profesional y contrato temporal a jornada completa en un puesto de tipo administrativo. Son las características de la mayoría de trabajadores con algún tipo de discapacidad. Pero, aunque la integración se ha convertido en objetivo de todos, todavía queda mucho camino por recorrer.

Con el fin de reivindicar la capacidad, el primer licenciado universitario con Síndrome de Down en Europa y protagonista de la película «Yo también», Pablo Pineda, visitó estos días Valencia. «Podemos aportar mucho más de lo que la sociedad imagina». En su opinión, todavía existen prejuicios y estereotipos que hay que desterrar para que la integración sea completa. «No somos inútiles», reivindicó. Y además, tiene una fórmula para demostrarlo, «no puedes esperar de brazos cruzados. Hay que hacer cosas».

Pineda es un claro ejemplo de superación, pero no se considera en posición de dar lecciones. «Yo sólo puedo aconsejar que no vean su condición como algo negativo, sino como un rasgo positivo y enriquecedor».

Con este principio de no compararse y ver sólo la capacidad, se desarrolló la «Semana D-Capacidad Bancaja». A estas jornadas, una de las más importantes sobre empleo y discapacidad, acudieron cientos de personas para participar en los talleres educativos y formativos, diversas asociaciones para conocer las prácticas de integración y numerosos representantes empresariales que apoyaron la incorporación de estas personas al mundo laboral.

En palabras de Pineda, el trabajo es lo más importante para un discapacitado, ya que hace que se sienta útil. Sin embargo, hizo hincapié en que no es fácil acceder a uno. «Las dificultades no están en el estudio o trabajo, sino en que tenemos que demostrar todos los días que podemos. Siempre está el ‘no' por delante y tenemos que esforzarnos en cambiarlo por el ‘sí'».

En esta línea, subrayó que, pese a los avances legales, «la sociedad es de mentalidad cerrada». Además, muchos padres sobrepotegen a sus hijos y les impiden desarrollar su independencia. «Hay mucha tradición de la subvención, prefieren recibir una pensión antes que buscar un empleo remunerado».

¿Su próximo reto? «Tener un trabajo estable y relacionado con las personas.

 

El 74 por ciento tienen limitaciones físicas
Existen diversas modalidades de empleo para las personas con discapacidad. Y, aunque sigue predominando el empleo protegido, con puestos poco cualificados y bajos salarios, desde las instituciones se está apostando por el empleo ordinario en empresas y Administraciones. Según un estudio de la Fundación Adecco y la Universidad Rey Juan Carlos, la mayoría de los que consiguen un empleo tienen limitaciones físicas. Así, el 74 por ciento son discapacitados físicos, el 15,7, sensoriales y el 10,3, intelectuales. Otro rasgo común es la modalidad contractual. Más del 60 por ciento ha firmado un contrato temporal. Pese a las dificultades añadidas que pueda encontrarse el colectivo, de las encuestas se desprende que están satisfechos con su puesto y afirman sentirse apoyados por sus jefes. El entorno laboral es tan importante que el 59 por ciento contempla la posibilidad de marcharse si no cuenta con el refuerzo de sus superiores.