Escritores
Baño de realidad
En el año que está a punto de terminar la realidad terminó imponiéndose a los deseos de Zapatero. Si hubiese que elegir una fecha sería el mes de mayo, cuando eso que se ha dado en llamar «los mercados» nos pusieron al borde del abismo y el presidente del Gobierno se vio obligado a cambiar, de un día para otro, la dirección de su política económica y social. Tal y como van las cosas, el actual inquilino de La Moncloa pasará a la historia por haber aplicado los mayores recortes sociales de las últimas décadas, siendo además socialista, lo que no deja de tener su guasa. De todas formas, y a pesar del aviso lanzado por los mercados en las fechas próximas a San Isidro, el Gobierno no se aplicó con suficiente diligencia a la tarea, anunció medidas, no las remató, remoloneó y, en noviembre y diciembre, los mercados nos han vuelto a mandar unos cuantos recados. El problema es que la cosa no termina ahí y lo que ha pasado en 2010 es un anticipo de lo que nos espera en 2011, año en el que se debería materializar, por ejemplo, la reforma del sistema de pensiones, a peor, por supuesto. El nuevo ejercicio se presenta ya con subidas importantes de precios, con la energía y una parte de los alimentos (dos sectores básicos y de consumo diario) disparados y con una serie de cambios que no nos van a gustar. Por ejemplo, no resulta descabellado comenzar a hablar de copago en la sanidad, de subidas de impuestos o de la necesidad de apretarse más el cinturón, en suma. Mucho me temo que en 2011 volveremos a bañarnos en la realidad.
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