Cataluña

La ciudadanía escucha la llamada a la movilización

El miedo a la desafección política y al monstruo de la abstención se esfumó con los primeros datos de participación. A las 18.00 horas, quedaba patente que se superarían las cifras de las elecciones de 2006 y que se rozaría la buscada cifra del 60 por ciento de participación. A esa hora, el porcentaje de personas que habían ejercido su derecho a voto subía al 48,39%, tres puntos más que cuatro años atrás.

Cataluña repite la misma participación que en 2006
Cataluña repite la misma participación que en 2006larazon

La cifra total una vez cerrado los comicios se situó en torno al 59,75 por ciento. En 2006, la cifra total fue del 56,04 por ciento. El miedo de que se registrasen niveles históricos de abstención era grande, sobre todo en este contexto de crisis, y desde el inicio de los comicios se multiplicaron los esfuerzos por movilizar a la ciudadanía. El llamamiento era claro, en un momento clave, nadie podía negar su posibilidad de decidir. Todos los líderes de partido, de Montilla a Mas, continuaron pidieron la más alta participación cuando ejercieron su derecho a voto. El voto de castigo, esta vez, se demostró en las urnas.

Por circunscripciones, el porcentaje a las 18.00 horas era en Barcelona del 48,46 por ciento; en Girona del 50,38; en Lleida del 48,23 y en Tarragona de un 46,08, todos con un alza de más de tres puntos. Estos resultados colocan las elecciones de 2010 en la parte alta de participación histórica, respecto al resto comicios. La más alta fue la de 1984, con un total del 64,3 por ciento; y en la parte baja estaría el 54,87 por ciento de la de 1992.

El 100 por 100 de las 8.032 mesas repartidas en los 2.721 colegios electorales catalanes tuvieron una jornada tranquila, sin incidentes, con un dispositivo de seguridad que contaba con cerca de 7.000 Mossos d'Esquadra.

Llamamiento general
Todos los partidos se felicitaron por estos datos y afirmaron que legitiman más si cabe al nuevo gobierno. En las últimas elecciones de carácter autonómico, en las que votaba el referéndum del Estatut de Cataluña, la abstención subió a más del 51 por ciento. El resultado refuerza la idea de que la gente, en momentos claves, en que siente que se juega el futuro, sí responde al llamamiento. La siguiente prueba será en las municipales de mayo.