Sevilla

Saboteadores contra el derecho a trabajar

Sólo en Madrid más de 30.000 piquetes intentarán paralizar la capital n «Hay que organizar un piquete de cagarse»

El mapa de los sabotajes
El mapa de los sabotajeslarazon

MADRID- Aunque los ecos de los paros previstos para hoy se harán sentir en todo el país, el éxito o fracaso de la huelga general tendrá su primer reflejo en Madrid. Es en la capital dónde, desde primera hora de anoche, los sindicatos centran su objetivo y se juegan la derrota. Más de 30.000 piquetes están distribuídos desde las doce de la noche en los principales puntos calientes de la ciudad con el único objetivo de que la segunda huelga general en un año tenga algo más de seguimiento que la anterior. «Hay qe organizar un piquete del cagarse», declaró ayer el líder de Comisiones Obreras en el Metro de Madrid.

Transportes, comunicaciones y el abastecimiento volverán a convertirse en el epicentro de las primeras horas de huelga. El centro de recogida de basuras, en Manoteras, será el primer frente que se abra entre trabajadores y «los grupos sindicales de información», que es como llaman los sindicatos a sus afiliados que tratarán de impedir a las plantillas de los distintos servicios su incoporación a sus puestos de trabajo. La ruta de «saboteadores» recorrerá toda la ciudad hasta el amanecer: a las doce las cocheras de Metro en Canillejas (una de las más grandes, al este de la ciudad), a la 1:30 la entrada principal de Mercamadrid, o las cocheras de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), a partir de las 5 de la mañana, serán, los puntos calientes de una huelga en la que no se han querido olvidar de Telemadrid y del hospital de La Princesa. Pero los sindicatos no serán los únicos que tratarán de paralizar las ciudades: bajo el lema «Paremos el transporte, paremos la ciudad», un grupo de ciudadanos relacionados con el 15-M ha hecho un llamamiento a sus simpatizantes en Madrid, Pamplona, Valencia, Murcia y Sevilla para, en bicicleta, lograr la paralización de los transportes al bloquear las puertas de las principales cocheras.

El pasado marzo –durante la huelga general del 29-M– los sindicalistas se apostaron en mercados, centros comerciales y cocheras donde impidieron, incluso a golpes, que los trabajadores pudieran iniciar su actividad. La jornada se saldó sólo en la Comunidad de Madrid con 37 detenidos (27 de ellos en la capital), 90 expedientes abiertos por agresiones o quema de contenedores, entre otras causas y una elevada factura en daños materiales especialmente en el centro donde los piquetes llegaron incluso a increpar a aquellos que hacían uso de su derecho a no llevar a cabo la huelga.

Fuentes sindicales se mostraban ayer optimistas ante el seguimiento de su convocatoria y esperaban aumentar la cifra de la anterior que, según sus cálculos fue secundada por el 77% de los españoles. «Habrá más gente en la calle que en marzo porque además de los afiliados, también estarán por medio las plataformas sociales que nos apoyan», aseguraron desde UGT. Menos optimistas con el seguimiento de los paros (especialmente porque la CEOE aseguró que el pasado 29-M el seguimiento fue del 15%) fueron en Interior que han dispuesto una vigilancia para la huelga menor a la de algunas de las últimas manifestaciones de protesta popular en Madrid. Un operativo formado por 1.300 agentes de la Unidad de Intervención Policial (22 grupos de UIP, los también conocidos como antidisturbios), con refuerzos de dos grupos más de agentes procedentes de Málaga y otros dos de Sevilla, además de otros grupos sueltos, estarán desplegados por la capital. Y es que, a pesar de las expectativas sindicales, el despliegue policial será igual, o incluso menor, al que estuvo en la calle durante el pasado 25-S bajo el lema «rodea el Congreso», informaron fuentes del ministerio de Jorge Fernández.

15–M: Las 56 formas de invadir las calles
En la web tomalahuelga.com los indignados barajaban ayer sus propuestas para tomar las calles del país. Clasificadas en: 13 concentraciones y charlas, 15 marchas y manifestaciones, 6 piquetes estudiantiles y 36 ciudadanos. Los mensajes entre los manifestantes no se daban tregua con el fin de organizar la huelga, que escenificaron dentro y fuera de nuestras fronteras, en concreto, en todos aquellos países afectados por los ajustes de la UE. Una modalidad se difundía por todas las provincias: el «bicipiquete». «Paremos el transporte, paremos la ciudad, paremos el robo de la riqueza común. A pedalear hasta enterrarlos en el mar», era la leyenda común.