Blanqueo de capitales

Imputan a un cargo de los Mossos por una supuesta protección a narcos

El subinspector Salleras está acusado de revelar una investigación a una red criminal

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Barcelona- Un juez de Barcelona ha citado a declarar como persona imputada al subinspector de los Mossos d'Esquadra Antoni Salleras, y a cinco subordinados por haber protegido a narcotraficantes y a agentes de la Policía Autonómica, que estaban siendo investigados por tráfico de estupefacientes.
En un auto, el titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona cita a declarar como imputados a Salleras –al que acusa de hasta cinco delitos, entre ellos omisión del deber de perseguir delitos y revelación de secretos–, así como a otros dos sargentos de su equipo, dos cabos y un agente.
Estas imputaciones se enmarcan en una compleja investigación que dirige el juez contra una trama de corrupción de la que forman parte Mossos d'Esquadra, guardias civiles y urbanos y policías nacionales, así como varios narcotraficantes y confidentes policiales.
En opinión del magistrado, los Mossos d'Esquadra imputados, que estuvieron a cargo de la investigación hasta que el juez los relevó por la Guardia Civil por su «ineficacia», dirigieron las pesquisas para evitar que la autoridad judicial conociera la vinculación de algunas personas con el narcotráfico y otros delitos relacionados con la corrupción de funcionarios.

Revelación de secretos
El juez decidió imputar a Salleras por un delito de revelación de secretos, al considerar que reveló a algunos de los miembros de la banda de narcotraficantes que estaban siendo investigados por el juzgado y por su propia unidad, que se había creado de forma expresa para investigar el caso de corrupción policial vinculado a los burdeles Saratoga y Riviera, de Castelldefels.
Concretamente, el auto de imputación señala que la unidad que dirigía Salleras interceptó al menos tres conversaciones que incriminaban a supuestos narcos en una trama de tráfico de drogas, «las cuales no fueron transcritas ni indicada expresamente su existencia» al magistrado que dirigía la investigación.
En una de esas citadas conversaciones, que según el auto fue calificada «sin interés» por la unidad, uno de los principales narcos investigados en la trama denunciaba que el subinspector de los Mossos d'Esquadra José R. – actualmente en libertad bajo fianza por cobrar presuntamente 1.000 euros mensuales de la red a cambio de protegerla – trataba de extorsionarle.
Esas escuchas telefónicas sitúan en la dirección de la red de tráfico de drogas a Manuel G.C., antiguo confidente policial que ha acabado implicando en esta trama al subdirector de la Oficina Antifraude de Cataluña Carles Quílez, imputado por haberle alertado supuestamente de que estaba siendo investigado a cambio de regalos.
El auto resalta que dos de los principales narcos imputados obedecían órdenes de ese confidente, que ayudó a destapar el caso Saratoga-Riviera, y concluye que, más allá de esa coincidencia entre las dos causas, no había ningún otro motivo que justificara que se mantuviera activo el grupo de investigación que dirigía Salleras.

«Dudosa utilidad»
Precisamente, el magistrado recuerda en su auto que esa unidad se dedicó a transcribir «conversaciones de dudosa utilidad probatoria» y escaso interés para la investigación , por lo que él mismo le llamó la atención.
En cualquier caso, «vista la ineficacia» de la unidad, el juez encomendó «la averiguación de la verdad» a la Guardia Civil, que casi de inmediato descubrió los tratos «posiblemente ilícitos» del grupo de narcos.
La entrada de la Guardia Civil en el caso, según el auto, supuso «un vuelco total de la investigación», ya que, a partir de entonces, se descubrieron «cada día» nuevos indicios sobre la actividad delictiva de la trama.
En definitiva, se trata de una compleja operación policial, en la que parece que aún hay muchos cabos por atar y mucha investigación por terminar. Todo quedará culminado en las próximas semanas.