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Juan Antonio Ruiz «Espartaco»: «Las lesiones de tendones te dejan fuera de juego»

Es curioso que la mayor figura del toreo de los años ochenta y noventa tuviera que retirarse de su profesión por culpa de una lesión más propia de un futbolista que de un matador de toros. Un hombre con un físico atlético y con una técnica capaz de dominar todo lo que salía por los chiqueros, no fue capaz de controlar una rodilla rota. Y es que, como él dice, lo toreros sólo estamos pendientes del tema cardiovascular, pero nos olvidamos de que la recuperación muscular es mucho más lenta y dolorosa.

Juan Antonio Ruiz «Espartaco»: «Las lesiones de tendones te dejan fuera de juego»
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Tantos años jugándose la vida ante los toros y sin embargo fue una lesión de rodilla lo que le obligó a retirarse. ¿Cómo se la produjo?
-Jugando al fútbol. También es verdad que en esa pierna tenía cinco cornadas y, por tanto, mucha menos masa muscular que en la otra. Ya se sabe que los toreros, por andar rápidos a la hora de reaparecer, no tenemos en cuenta la rehabilitación muscular, queremos salir cuanto antes. Eso hace que la musculación, el cuádricieps, el vasto interno… no se recuperen bien.
-¿Una lesión de ese tipo es peor que una cornada?
-No para la vida, pero sí para la calidad de vida. Una cornada cicatriza antes o después, pero las lesiones de ligamento o de tendones te dejan fuera de juego, te destrozan, los músculos no responden y pierdes seguridad. Hay un dicho que me comentaba el doctor Ramón Cugat, que fue el que me curó: «La lesión de ligamentos cruzados es el principio del fin de una rodilla».
-¿Cuántas operaciones tuvieron que hacerle?
-Cinco. Dos en Sevilla, una en Houston, EE UU, y dos en Barcelona.
-¿Qué diferencia hubo entre el tratamiento en España y en Estados Unidos?
-Yo fui a Houston a quitarme unas grapas y limpiarme un tema del cartílago que me estaba afectando en la rodilla. Me trataron muy bien y tengo un gran concepto de aquel hospital, pero mejor de España. A mí donde me dieron la solución fue en Barcelona.
-¿Cómo fue la rehabilitación?
-Muy dura porque se progresa muy lentamente. Llegas a pensar que nunca vas a ponerte bien, se pierde la ilusión, sobre todo después de que la lesión se haya reproducido tres o cuatro veces. Una cosa es la primera vez y otra cuando vuelves a recaer y recaer y notas que aquello no tira. Yo estuve casi cinco años de rehabilitación.
-¿Qué sensaciones se tienen?
-Sobre todo inseguridad. No te atreves a cruzar un paso de cebra porque no te responde la pierna, recuerdo una vez en el aeropuerto que me caí en el final de la cinta automática. Por eso, cuando reaparecí a los cinco años, después de cinco operaciones, fue casi un milagro. Aunque el único secreto fue que nunca me abandoné ni perdí la ilusión. Eso sí, me costó un esfuerzo sobrehumano.
-Ahora le hubiera costado menos con las técnicas de recuperación que hay. Fíjese en Nadal.
-Ese tratamiento con factores de crecimiento que ha seguido Rafa Nadal también me lo hicieron a mí. Fue después, en una rotura de mano que tuve, y resultó tan positivo que también me trataron la pierna. Se trata de sacar plaquetas de la sangre e inyectarlas en la zona maltrecha. A mí me la hizo el doctor Cugat en la clínica Quirón.
-¿Ha vuelto a recuperar la seguridad a la hora de andar y de hacer deporte?
-Sí. Siempre hay miedo porque esa pierna está muy castigada, pero la seguridad, con el tiempo, vuelves a tenerla.