En la cama con Nieves Álvarez

Uno de junio, diez de la mañana, un desayuno exquisito en la suite real del Hotel Ritz. Recostada en la cama «big size», con un sencillo pijama de seda y con la tez perfecta: Nieves Álvarez. La modelo amadrina la nueva pluma Montblanc: «Es una joya de la escritura», comenta la «top». Sorprende su compañero de cama; no es su marido, el fotógrafo italiano Marco Severini, sino Boris Izaguirre, que este año no participa en la Feria del Libro de Madrid, porque está trabajando en su cuarta obra: «Ya que no firmo este año, me he venido a desayunar con Nieves», explica. Los dos son grandes aficionados a la lectura y a la escritura: «Jamás podría escribir como Boris, pero sí que hago colaboraciones con varios medios y me encanta que me llamen para pedir mi opinión sobre cualquier tema relacionado con la moda», añade la modelo.Con tres es suficienteÁlvarez tiene tres hijos: Adriano, de 5 años, y los mellizos Brando y Bianca, de 3. Para ella el cupo está cerrado: «No quiero tener más niños, creo que con tres es suficiente. Ya me han dado el carné de familia numerosa, así que le cedo el testigo a la siguiente generación. Mi figura se queda así», bromea. A sus 36 años no sabe lo que es la crisis, porque a la «top» no le dejan de llegar proyectos: «Ahora mi carrera está en un pico muy alto. A mi edad, lo importante es saber en qué momento vital estás y reconocer que las cosas que hacías con 18 quedaron atrás, A partir de los 30 hay que seguir otro camino». Sin embargo, la madrileña no se ve en otra profesión que no sea la de la moda: «Ni actriz ni cantante. Aunque me gustaría saber cantar, lo hago fatal. Hasta mis hijos me piden que no lo haga. Soy malísima». Aun recién levantada, Álvarez deslumbra, pero no niega que tiene sus truquitos. Como todas las modelos, intenta ir al gimnasio y cuida su alimentación.