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India

OPINIÓN: Perecer antes de nacer

La Razón
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El Mefistófeles de Goethe versificó que «todo lo que nace / perecer merece». No previó el autor cuán fácil sería, siglo y medio tras su muerte, merecer perecer antes de nacer. Esto sucede con las nuevas leyes que afectan al aborto. Los estudios de los antropólogos ponen en evidencia un hecho que da que pensar. En algunas culturas asiáticas y africanas la muerte está presente sin cesar. Piénsese en los múltiples crematorios de cadáveres, a vista de todos, a las orillas de los ríos sagrados de la India. Pero se respeta la vida. Las sociedades occidentales se comportan al contrario: ocultan la muerte, se esfuerzan en hacerla pasar inadvertida. Las disimulan y hacen desaparecer prontamente… Pero se menosprecia la vida.Hace ya cuarenta años, la Conferencia Episcopal Alemana hizo esta firme declaración: «Sólo cuando el Estado está dispuesto a reconocer el principio según el cual ninguna necesidad social, sea del orden que quiera, puede justificar el asesinato de un ser humano antes de su nacimiento, merece el nombre de Estado social. Solamente cuando el Estado está dispuesto a proteger la vida del ser humano antes de su nacimiento es cuando merece el nombre de Estado constitucional». Algunos políticos se esfuerzan en manifestar la racionalidad de las nuevas leyes abortistas. Golo Mann, hablando de la racionalidad e irracionalidad de la acción histórica, afirma que la racionalidad puede significar dos cosas: acción acorde con un fin, independientemente de cual sea el fin, o acción adecuada a un fin que es beneficioso para aquellos a quienes afecta. Tras poner Auschwitz como ejemplo de la primera acepción, sostiene que «acción racional es una acción dictada por la razón que beneficia al hombre».