CRÍTICA DE CINE / «Senna»: Vida y muerte de un piloto

En el fondo, ¿quién fue en realidad Airton Senna, el piloto que murió demasiado joven y de manera demasiado estúpida; el brasileño que mitigaba hasta el hambre de su país, subyugado por el triunfador; el tipo que se enfrentó contra el sistema (entiéndase Jean-Marie Balestre) y al todopoderoso compañero de carreras Alain Prost, un francés listillo e igualmente grande pero tramposo. El documental realizado por el inglés Asif Kapadia reúne un nutrido número de grabaciones, la mayoría inéditas y sorprendentes, para televisión que reflejan el ascenso profesional durante los 80 del hombre atractivo y enigmático de la foto, proveniente de una familia bien que, siendo todavía un niño, decidió dedicar su existencia en cuerpo y alma a la velocidad. Hay escenas impresionantes grabadas con la cámara asentada en los bólidos, y discusiones agrias porque alguno intentó negarle la gloria de manera inútil, y del exagerado coqueteo entre el protagonista de este atípico filme y Xuxa, la chica provocativa y un poco ordinaria que encandiló a los niños de medio planeta. Qué escote. Pero, a la postre, qué sabemos del chico generoso y de mirada tímida, además que fue un genio de las pistas, que ganó varias veces el título mundial, que el volante se transformó en amante y verdugo. Hay veces en que es mejor que el misterio les sobreviva.