Londres
Los pretendientes de Pippa
Su paseíllo como dama de honor enfundada en un diseño de Sarah Burton para Alexander McQueen, que no dejaba nada a la imaginación, la hizo ganar el título de «Her Royal Hotness» (algo así como «la tía buena de la realeza»). Estaba claro, había nacido una estrella. Pippa Middleton se convertía en una de las solteras más codiciadas del planeta con un trasero, que, según la prensa británica, amenazaba con quitar el protagonismo al de la mismísima Jennifer Lopez. Inteligente –es licenciada en Literatura Inglesa por la Universidad de Edimburgo–, independiente –trabaja en la empresa familiar de organización de eventos con un buen sueldo– y el alma de la fiesta –los tabloides la llaman «Chelsea party»–, la hermana de Catalina tiene todo para cautivar a los hombres.
El heredero del duque
El último que habría caído en sus redes es George Percy, heredero del duque de Northumberland. Ella lo ha desmentido diciendo que tan sólo son amigos, pero, pareja o no, los dos jóvenes siguen fascinando a la Prensa. ¿El motivo? Una fortuna de 315 millones de libras. Después de que su hermana mayor «cazara» al heredero de la corona británica, Pippa no podía aspirar a menos. Cuando era pequeño George, de 27 años, era uno de los pajes de la reina Isabel II y debido a su linaje es apodado por sus amigos como «El príncipe del Norte». Su familia es una de las más poderosas de Inglaterra y su ducado incluye 100.000 hectáreas, 100 fincas habitadas –entre las que destaca el castillo de Alnwick, más conocido como la escuela de magia de Harry Potter– y una mansión en Londres. Las malas lenguas dicen que lleva colgado de Pippa desde la universidad. Ambos eran compañeros de piso en Edimburgo –al igual que lo fueron Catalina y el hijo de Lady Di– y tuvieron un par de citas, pero la pequeña de los Middleton puso fin a la relación y prefirió tenerle como amigo.
Fue en su hombro en el que se apoyó para superar su ruptura con Alex Loudon, un bróker de 30 años, antiguo jugador profesional de criquet y amigo del príncipe desde su época en el exclusivo colegio de Eton. Lo suyo llegó a ir en serio. Estuvieron juntos más de tres años, él se sentó junto a los Middleton en la boda real y los tabloides llegaron a hablar de boda, pero en verano se acabó el amor –dicen que fue debido a la fama alcanzada por ella– y en navidades fue George su acompañante a la fiesta de fin de año.
«The Sun» cuenta que fue allí cuando «Pippa acorraló a su presa». «Algunas personas piensan que siempre se propuso acabar con él. Siempre han estado cerca y no hay duda de que esto era un gran problema para su exnovio Alex», contó un supuesto amigo de la pareja. Si finalmente la relación llegara a buen puerto, ya se habla de la «jugada maestra de Carole». A la madre de la duquesa de Cambridge siempre le ha seguido la fama de ambiciosa. «Invertir en las buenas universidades dio resultado: la mayor con un príncipe y la menor con un duque», comentan los tabloides. Aunque muchos son los que han descubierto a Pippa a raíz de la boda real, ya en 2008 fue elegida como la soltera más codiciada por delante de actrices, modelos y estrellas de rock. Entre sus parejas se cuentan Jonathan Jardine Paterson, un heredero de Hong Kong, el aristócrata escocés Billy More Nesbitt y el millonario Simon Youngman.
Enrique, ¿el conquistado?
La química que existió entre ellos fue muy comentada. Miradas en la ceremonia, sonrisas en el balcón de Buckingham Palace… Quedaron en varias ocasiones, ya que los dos fueron los encargados de preparar la gran fiesta posterior al enlace, pero cuando los almuerzos y las copas en los lugares más exclusivos de la capital británica se sucedieron, tras la boda la Prensa comenzó a hablar de una posible relación del príncipe Enrique con la llamada «cuñadísima». Es más, se dice que en el Palacio fue el heredero quien hizo correr el apodo de «comando» para referirse a Pippa por la posibilidad de que no llevara ropa interior el día de la boda, ya que el vestido blanco le sentaba como un guante.
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