Pamplona
Plaza de Cataluña y olé
El avance de la selección en el Campeonato del Mundo de Suráfrica ha despertado en nu- merosos puntos del país el fervor patrio y en otros, esquivos con cualquier manifestación españolista, ¡no vaya a ser!, el interés más interesado, porque «La Roja» encandila y quien lo niegue es un «gil», que decía el tango. En Pamplona, el 7 de ju- lio fue día de San Fermín al alba y del «Puyolazo» al anochecer. En Barcelona ondearon al viento banderas nacionales, o sea, de España, y el pase a la final ha sido el acontecimiento del verano, por ahora. Jordi Hereu no ha podido abstraerse del brío popular y se ha enchufado a la corriente. Su decisión es un gui- ño a la selección: el domingo, en la emblemática Plaza de Ca- taluña, podrá verse el Holanda-España en una pantalla gigante. Sólo el Barça había obtenido esta gracia del alcalde. El 29 de junio de 2008, histórica final de la Eurocopa, Hereu se hizo el sueco y rechazó las peticiones. Comprobó su error cuando la gente salió a celebrarlo. No tro- pezará dos veces en la misma piedra.
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