Casa Real

No se lo explicaron por Andrés Merino Thomas

La Razón
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Con la muerte de Emmanuella Dampierre cae la última hoja de una generación en el árbol frondoso de los Borbones. Ya no queda nadie, entre los hijos, nueras y yernos de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg, que pueda contar en primera persona los exilios romanos de los años treinta. Las tensiones en la Familia Real. Las bodas italianas concertadas con Torlonias, Marones, Dampierres, pactos de altar celebrados con tantas presencias estériles como ausencias íntimas y dolorosas. Atribuyen a la difunta duquesa de Segovia una frase que ni su biógrafa se atrevió a incluir en las polémicas memorias, en las que arremetió contra todo y contra todos: «A mí no me explicaron lo que significaba casarse con un Borbón». Es cierto. Tampoco tuvo tiempo de ir a clase para saber perder a dos hijos. O para enterrar a un nieto de once años. Alfonso XIII no supo, no quiso o no pudo dar un curso acelerado de Infanta a quien no tenía derecho a serlo. Y cuando Emmanuella Dampierre se despertó, sólo encontró en su nieto Luis Alfonso la hombría de bien que le procuró lo más parecido a una ancianidad digna de su dinastía.