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Un caballero por Julián García Candau

La Razón
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Miljan Miljanic fue un caballero. Mejor que como futbolista y entrenador fue como persona y dirigente futbolístico. Sabía ganarse el aprecio y la consideración de cuantos vivíamos alrededor del fútbol. Era educado y compartía conversaciones sobre fútbol sin pretender epatar a nadie.
Hubo una época en que se pusieron de moda los entrenadores yugoslavos y hasta los jugadores, pero de todos cuantos vinieron no sólo fue deportivamente el mejor, sino que supo dejar grandes enseñanzas. Era delicia conversar con él. Miljan entrenó al Real Madrid en las temporadas 73/74 y 74/75, en las que conquistó dos Ligas y una Copa. Posteriormente fichó por el Valencia. Lo entrenó en la temporada 82-83, en la que no tuvo mucha suerte porque el club había tomado deriva preocupante.

Miljan era hombre del Estrella Roja y en eliminatoria de Copa de Europa le pidió a Bernabéu que le apartara el cáliz de jugar en Belgrado en contra de su equipo. Se le concedió y dirigió el partido Antonio Ruiz, segundo entrenador. El Madrid quedó eliminado. Benito lanzó un penalti a la estratosfera. Fue quien mejor ánimo mostró ante Ruiz para lanzarlo.

Miljan no se desligó del fútbol español y fue frecuente verle en las competiciones internacionales acudir a saludar a los equipos españoles y a la Selección. Dirigió a la suya y presidió su Federación. Sufrió con tristeza la desmembración de su Yugoslavia. Madrid y Valencia le homenajearán.
Posdata. Su afabilidad debería ser ejemplo para algunos.