Elecciones municipales
Barberá estudia delegar en Grau el Debate del Estado de la Ciudad
La oposición pide «normalidad democrática» tras 21 años
VALENCIA- El primer Debate del Estado de la Ciudad de Valencia de la era de Rita Barberá arranca con polémica en torno a sus protagonistas. Ayer los socialistas solicitaron formalmente la celebración de un pleno extraordinario en el que la alcaldesa deberá explicar la situación del Cap i Casal. No obstante, a la primera edil no le gusta la idea y estudia delegar la misión en su mano derecha, el vicealcalde Alfonso Grau, que ya prepara la argumentación política contra las denuncias y críticas de Compromís, EU y PSPV-PSOE.
El portavoz socialista en el Consistorio, Joan Calabuig, atribuyó la resistencia de Barberá a su «agotamiento político» y su «falta de ideas» para que la capital salga de la crisis y se creen puestos de trabajo. A su juicio, el Ayuntamiento se encuentra en una situación de «anormalidad democrática», en alusiones a la celebración de este tipo de debates en otras grandes ciudades y que Valencia evita desde hace más de dos décadas junto con las sesiones de control. Con todo, espera que ese día -previsto para antes del 24 de noviembre- Barberá se someta a su preguntas «y explique a los valencianos qué medidas está adoptando para frenar el aumento del paro».
Sin embargo, Grau opina que los ciudadanos «ya conocen el estado de la ciudad, y si la oposición lo desconoce, es para preocuparse mucho». En cuanto a la posibilidad de que sea él el que defienda la postura popular, admitió que no sería ningún hecho insólito. «Si lo que pretenden es elevar su categoría debatiendo con la alcaldesa, se equivocan rotundamente».
Ella por su parte, declaraba durante la inauguración del curso de la Escuela de Formación Sociopolítica Juan Luis Vives, que el PSOE «está ahora totalmente destrozado», por lo que le instaba a actuar como un «partido de Estado» y a ejercer una oposición «fuerte y legal.
Pago de 36 millones a los proveedores
El Ayuntamiento ordenó el pago de las deudas a proveedores -un total de 36 millones de euros- por servicios ejecutados en diciembre de 2011. Además, según declaró ayer el concejal de Hacienda, Silvestre Senent, «a fecha de hoy», el Consistorio capitalino «ha superado el ahorro para todo el ejercicio gracias al plan de ajuste municipal». Senent rechazaba así las críticas de los grupos de la oposición que cifraban la deuda en 50 millones y lamentaban que el Consistorio hubiera sido excluido del Plan de Pago a Proveedores del Gobierno. Al respecto, el edil popular explicó que dichas facturas no podían ser admitidas en este plan, pues estaba dedicado específicamente a facturas hasta el 31 de diciembre de 2011 y los servicios que ahora ha pagado el Ayuntamiento se facturaron después, entre enero y febrero.
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