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Días de vino y rosas Uno de Madrid

La Razón
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A duras penas los vinos del entorno madrileño están sacando cabeza. Hay dos o tres franquicias, como El Regajal o el rincón de Carlo Falcó, que han despertado el interés de los enópatas nacionales. Y ahora, en Chinchón, un pequeño y apetecible proyecto quiere interpretar ese terruño. En un suelo muy calizo, propenso a uvas sobre maduradas y de mucha potencia alcohólica, unos jóvenes bodegueros han diseñado un vino con un largo recorrido. En nueve hectáreas cultivan diversas castas para crear un coupage según la añada y calidad de las uvas. Nunca con más de un año de crianza en roble francés, el Señorío de Val Azul busca en cada barrica la guía ideal para el ensamblaje. En su debe está cierta falta de frescura compensada, no obstante, por la estructura, carnosidad y acidez de un vino más que interesante. Su precio ajustado y su cabernet como sello de identidad arrojan notas en nariz y boca para seguir.