Vian: «Estamos como los primeros cristianos»

Experto en los Padres de la Iglesia de los primeros siglos, Vian explicó cómo la Iglesia siempre apostó por la comunicación. En este marco, «L'Osservatore Romano» es un «singularísimo periódico», en palabras del cardenal Montini, hijo de periodista y futuro Pablo VI: creado en 1861 para defender al Papa y los derechos de la Iglesia frente al entonces anticlerical Estado italiano, siempre combinó lo político y lo religioso. Bajo los totalitarismos europeos de los años 30, muchos lo leían como uno de los diarios más libres de Europa. «Hoy, incluyendo nuestro importante acuerdo con LA RAZÓN en España, repartimos ya 400.000 ejemplares en el mundo, y en la India, por primera vez y desde hace poco, en un alfabeto no latino, en lengua malayalam». Vian no descarta que un día podamos verlo también en chino.

En el congreso, organizado por la UCAM y la Unión Católica de Informadores y Periodistas (UCIPE), habló también el vicerrector de la Universidad de Navarra, Juan Manuel Mora, con un resumen en 10 palabras de la comunicación cristiana eficaz: positividad, relevancia, claridad, credibilidad, empatía, cortesía, profesionalidad, transversalidad, gradualidad y, sobre todo, caridad. «Fue gracias a la caridad que la Iglesia creció en el Imperio romano», afirmó.
Por su parte, Andrea Tornielli, vaticanista de «La Stampa», apuntó que «últimamente, en ambientes eclesiásticos, se da a los blogueros un poder enorme. Es exagerado. Yo escribo en mi blog, pero creo que el papel del periodista no es seguir esas webs».

La Universidad Católica de Murcia ha adquirido 20.000 ejemplares completos del especial «Beato» que «L'Osservatore» dedicó a Juan Pablo II, con la intención de venderlos por 3 euros y destinar lo recaudado a las víctimas del terremoto de Lorca. Además, los expertos en arquitectura de la universidad están ayudando al análisis de los daños en edificios. Vian leyó en el congreso la nota de Benedicto XVI en la que se invita a todos a apoyar fraternalmente a los afectados. La jornada empezó con una misa presidida por el obispo de Guadix, Ginés García Beltrán, en la que se rezó por las víctimas, y con un minuto de silencio que pidió el presidente de la UCAM, José Luis Mendoza.