Sociedad
Tres socorristas agredidos en la piscina de Entrevías
Tres socorristas de la piscina municipal de Entrevías solicitaron ayer el traslado a otras instalaciones tras las agresiones y amenazas que sufrieron el pasado martes por parte de un grupo de usuarios violentos.
Ocurrió sobre las 18:30 horas cuando una niña de cinco años se cayó a la piscina de adultos sin ningún tipo de protección. El padre de la niña denunció que los socorristas «no se habían metido al agua» para salvarla y tuvo que ser él mismo quien la rescatara, según un trabajador de las instalaciones. Sin embargo, los socorristas aseguran que, cuando acudieron a rescatarla y a practicarle la reanimación, unas 30 personas que, al parecer, eran familiares y amigos del padre (la mayoría de nacionalidad serbia) los increparon y no les permitieron acceder a la niña y fue el propio padre quien se encargó de reanimar a la menor.
La situación degeneró de tal forma que, según un trabajador de las instalaciones, los tres profesionales –en torno a los 20 años– fueron «golpeados y amenazados de muerte». «Son gente muy agresiva, todos los días escucho las puñaladas que me van a meter si les impido colarse», aseguran desde el polideportivo de Entrevías. Como las lesiones producidas fueron menores, la mutua no les ha dado la baja y ayer solicitaron el traslado a otra piscina, una posibilidad que contempla su contrato, según fuentes de la Junta de Distrito. Las mismas fuentes añadieron que en los próximos días se incorporarán a esta piscina los mediadores que ya actúan en otras instalaciones municipales para prevenir este tipo de altercados.
La piscina de Entrevías permaneció ayer cerrada hasta las tres de la tarde, cuando se encontraron a tres socorristas suplentes para ocupar el puesto de los agredidos. Sin embargo, los trabajadores se quejan de que el suceso del martes, desgraciadamente, «no será un hecho aislado». «Se cuelan y no tenemos medios para echarlos. Reclamamos la presencia de la Policía Municipal».
Piedras contra LA RAZÓN
La agresividad de algunos usuarios de la piscina de Entrevías pudo ser constatada ayer por este diario. En el momento en que un grupo de chicos –ninguno llegaría a los 20 años– se dio cuenta de que el reportero gráfico estaba haciendo su trabajo, no dudaron en coger piedras del suelo y, sin mediar palabra, lanzarlas contra la verja de las instalaciones.
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