Marc ya es una estrella

Madrid- Como suele ser habitual últimamente, fue el propio Marc el que dio la primicia en su cuenta de Twitter: «Es un orgullo para mí anunciar que he alcanzado un principio de acuerdo para renovar con mi equipo. No puedo esperar más para estar otra vez en la cancha con mis compañeros». Estas dos frases confirmaban que el hermano mediano de la familia Gasol se queda en los Grizzlies y lo hace con un contrato millonario a la altura de lo que empieza a ser: una estrella de la NBA. Marc ha firmado un contrato por el que en cuatro años recibirá algo menos de 44 millones de euros, con lo que se coloca en un alto nivel de la escala salarial de la mejor liga del mundo. En esta primera temporada se embolsará 9,7 millones, con lo que no llega a los 14 que percibe su hermano, pero sí que asciende holgadamente a la segunda posición de los jugadores españoles mejor pagados, ya que José Manuel Calderón, que ocupaba este lugar hasta ahora, no pasará de los siete en el curso que está a punto de comenzar.

«Nosotros le ofrecimos cinco años, pero estamos contentos con cuatro», decía el propietario de la franquicia de Memphis, Michael Hesley, que nunca estuvo preocupado por que la oferta de los Rockets o cualquier otra les arrebatase a su pívot. Estaban dispuestos a hacer el mayor esfuerzo posible por retener al español, que con una media de 15 puntos y más de 11 rebotes por partido fue pieza clave en la mejor actuación de los Grizzlies en los pasados «playoffs». «Grandes noticias sobre la extensión de contrato de mi hermano, muy contento por él», escribía también en internet Pau, que sigue a la espera de aclarar su futuro. Tras el traspaso de Odom y las palabras de Kobe, parece que las cosas están un poco más tranquilas en la parte amarilla de Los Ángeles, aunque Mitch Kupchak, el manager general, anunció que anda buscando «grandes acuerdos». Mientras, Dwight Howard hacía público que sólo jugará en cuatro equipos: Dallas, Orlando, New Jersey y Lakers, los únicos que pueden ofrecerle un contrato largo. Él puede ser el gran acuerdo del que habla Kupchak, y Pau o Bynum, la moneda de cambio.