Barcelona

El PP tiende la mano a Mas si modera su discurso y se centra en la crisis

Artur Mas ha prometido que lo primero que hará cuando sea investido 129º presidente de la Generalitat será buscar una salida a la crisis económica. Tratará de llevar a la práctica sus promesas electorales como aprobar unos presupuestos rigurosos, poner a dieta a la Administración o suprimir el impuesto de sucesiones

Sánchez-Camacho reunió ayer por primera vez a los 18 diputados del PP
Sánchez-Camacho reunió ayer por primera vez a los 18 diputados del PPlarazon

Unas medidas, que podría firmar el programa electoral del PP. Las propuestas de nacionalistas y populares para dejar atrás la crisis están cortadas por un mismo patrón y tanta coincidencia puede facilitar el primer acuerdo entre ambos, esto es que el PP facilite la investidura de Artur Mas.

Pero Alicia Sánchez-Camacho no se lo va a poner tan fácil. En la reunión de hoy, pondrá dos condiciones a Mas a cambio de su apoyo. Le pedirá que abandone las aventuras soberanistas y que no vuelva a salvar al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

La nueva cara del PP
Sánchez-Camacho y Mas se verán hoy a las 13 horas en el Parlament. Será la segunda reunión del virtual presidente de la Generalitat para allanar su investidura. La presidenta del PP catalán analizará el encuentro con el equipo que ha designado para negociar la investidura, integrado por tres personas de su máxima confianza que, además, tienen condición de diputados: Jordi Cornet, Dolors Montserrat, Rafael Luna.

Fiel a la hoja de ruta de su campaña, Sánchez-Camacho pedirá a Mas que sea el presidente de «todos» los catalanes, que reconozca la pluralidad de la Cataluña real que habla catalán y castellano y se olvide de planteamientos «rupturistas», así como de debates que «no tocan», como ir a por el concierto económico.

Entre los planes de Sánchez-Camacho, no entra pedir a Mas un cargo relevante como la presidencia en el Parlament, tal y como el PP exigió en el País Vasco. El PP asume que CiU no quiere ningún pacto de gobierno estable, pero aspira a jugar un papel influyente en el baile de acuerdos puntuales para aprobar leyes. Con 18 diputados, también aspira a obtener una de las dos vicepresidencias del Parlament y a arrebatar a un PSC «destrozado» el rol de líder de la oposición. Sánchez-Camacho seguirá, ya en el Parlament, con la labor de renovar al PP. Auditará a sus diputados una vez al mes.