El modelo de ayudas

Una de las pocas cosas claras que se pueden extraer de la propuesta de la Comisión Europea para reformar la PAC es que el actual modelo de ayudas, basado en el pago único por explotación, y su formula de cálculo (los rendimientos históricos durante un determinado periodo de tiempo), tiene los días contados. Todo hace pensar que los ministros darán una vuelta de tuerca a estos dos puntos.
Si tomamos como referencia el modelo propuesto por la Comisión, nos encontramos con que habría una ayuda de base (no existirá tasa plana o la misma ayuda para toda la UE) que se completaría con otra serie de pagos. El nuevo sistema se basará en derechos de pago asignados a los agricultores activos que los soliciten y estará en función de sus hectáreas admisibles.
El valor de esos derechos de pago de base, que inicialmente será diferente dependiendo de zonas y cultivos, se irá aproximando dentro de cada región o Estado miembro hasta llegar a un valor uniforme el 1 de enero del año 2019, como muy tarde.
En este contexto conviene recordar que la Comisión Europea no habla de la región desde un punto de vista administrativo solamente, sino también del agronómico, de forma que los cultivos de secano de un país se podrían considerar como una región y los de de regadío como otra.
Entre las otras ayudas complementarias destaca el pago verde y los apoyos que se otorguen a los agricultores y ganaderos jóvenes que se incorporen a la actividad agraria. Al final, el nuevo esquema resultará más complicado que el actual y muy difícil de aplicar.