Crisis del PSOE
Pérez versus Rubalcaba
En el candidato, «in pectore», del PSOE a las elecciones generales conviven dos personalidades como poco desequilibrantes, una de ellas, que llamaremos Pérez, marcada por un fuerte carácter de hombre de Estado, responsable y poco dado a devaneos. La otra, que llamaremos Rubalcaba, es mucho más sibilina, más centrada en intereses inconfesables y más dispuesta, cual Rasputín, a hacer lo que sea necesario para alcanzar sus objetivos olvidándose del bien común. De esta curiosidad hemos tenido pruebas, mientras Pérez realizaba un eficaz trabajo en la lucha antiterrorista, Rubalcaba no sabemos qué hacía exactamente en el «caso Faisán».
Esta lucha interior se ha vuelto a poner de manifiesto en relación al asentamiento que se ha instalado en la Puerta del Sol. Rubalcaba empezó por preocuparse más de lo que él entendía como un posible beneficio electoral ante la movilización de la izquierda que de los derechos de los españoles, especialmente en un día tan importante como es el día de reflexión. Sin embargo, ahora Pérez avisa de que a partir de este momento, esa libertad de los «indignados» y esa inteligencia que debieron utilizar las fuerzas del orden público han dejado paso a una necesidad imperiosa de proteger los derechos de los «pacientes ciudadanos». No está claro por qué ahora sí y el día de reflexión no, y sobre todo no está claro si , en caso de que llegara a presidente, gobernaría Pérez o si Rubalcaba dejaría el país como ha dejado la Puerta del Sol, comido por las pulgas.
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