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El capitán que bebía cerveza y estaba despendolado

El capitán que bebía cerveza y estaba despendolado
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ROMA- «Lo del comandante es una historia aparte. El tipo se paseaba por el barco con la chaqueta abierta, estaba despendolado. Parecía que iba contentillo. Eso sí, si te querías hacer una foto con él, tenías que pagar 20 euros». Para Justo, un mallorquín que junto a su familia ha sobrevivido al trágico accidente del «Costa Concordia», el comandante del buque crucero, el italiano Francesco Schettino, es el gran culpable de lo que ha ocurrido. Los investigadores parecen pensar lo mismo, pues ordenaron el pasado sábado su detención por posible fuga y alteración de las pruebas. También ha sido arrestado el primer oficial.

Schettino está acusado de naufragio, homicidio múltiple y abandono del barco. «Era increíble. Él fue uno de los primeros en dejar la nave. Con el resto de la tripulación ocurrió lo mismo. Seguían el ejemplo del comandante desde el primero al último. A mí ya me llamó la atención cuando lo vimos por primera vez. Iba medio de-saseado, parecía que estaba de fiesta más que trabajando. Uno no se espera a un capitán así», denuncia Federico, un argentino afincado en Granada que también formaba parte del pasaje del «Costa Concordia» junto a sus hermanos.

El hecho de que Schettino estuviera ya en la isla del Giglio, frente a cuyas costas encalló el barco, mientras los viajeros intentaban salvar su vida como podían escapando de la nave sorprendió también al personal de la Guardia Costera. Al verlo en tierra, le recordaron sus responsabilidades y le dijeron que, según la Ley, debía estar a bordo coordinando la evacuación. «Comandante, vuelva al barco», le instaron los oficiales marinos. Él respondió que lo haría, pero nunca llegó a hacerlo. Según las autoridades, el accidente se produjo porque Schettino tomó una ruta equivocada. Francesco Verusio, jefe de los investigadores, explica que, tras entrevistar a buena parte de la tripulación, verificó que el comandante se encontraba en el puesto de mando cuando se produjo el incidente y que el barco «no debía estar en esa posición». Verusio además considera que los graves errores cometidos durante la evacuación se debieron a un «mal funcionamiento» del sistema de mando de la embarcación más que a la negligencia de la tripulación.

Por su parte, el abogado de Schettino aseguró que su defendido está «consternado» por lo que ha pasado, pero que no tiene ninguna responsabilidad. «Se dirigió hacia la costa para evitar que el buque se hundiese. Fue una maniobra de emergencia, el único modo de evitar que el barco se fuese a pique en mar abierto», afirma el letrado Bruno Leporatti. También ha negado que abandonara el crucero antes de que todos los pasajeros fueran evacuados, como marca la normativa.

Los testigos consultados por este periódico coinciden en la misma versión. La tripulación primero negó el alcance del incidente tratando de restarle importancia y después actuó bajo un «sálvese quien pueda» sin prestar auxilio a los pasajeros. Aseguran que la tripulación parecía inexperta y que fueron precisamente los trabajadores de menor nivel (camareros asiáticos, apuntan) quienes les prestaron ayuda.