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Las espinas de la gobernación por José Clemente

La Razón
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Al presidente Valcárcel se le acumulan últimamente las malas noticias. Para ser más exactos, desde que su partido llegó al poder aupado por una amplia mayoría absoluta, los «enanos» no han dejado de crecerle al líder murciano. Y cuántas más rosas, muchas más espinas. Menos mal que su frialdad en el análisis de los problemas y su mesura a la hora de abordarlos acaba siempre restando púas a los arbustos más bellos del jardín. Valcárcel prometió en su campaña electoral que no subiría los impuestos y antes las acusaciones de esconder un copago sanitario lo negó categóricamente tantas veces como se lo preguntaron. Cuando el Gobierno central decidió implantar el copago (que el próximo lunes entrará en vigor), Valcárcel volvió a rebelarse contra esa propuesta so pena que fuera una medida común para todos los españoles. Sólo en ese supuesto, como finalmente ha sido, el presidente murciano acataría la decisión de extender el copago, pero siempre en los mismos parámetros que lo hacían el resto de comunidades, excepto Cataluña, donde el incremento del pago por recetas es mayor que en el resto de España.

Le pasó con el copago y después con el ajuste de cuentas presentado ante el Consejo de Política Fiscal y Financiera, donde todos daban por rechazado el plan presentado por el Gobierno de San Esteban, y fue de los primeros territorios que recibió la bendición para su aplicación y desarrollo, mientras se caía Asturias y Andalucía y Cataluña eran forzadas a cumplir con el mandato del Gobierno.

Y la película vuelve a repetírsele de nuevo con la subida ahora del IVA. Todo el PP y no sólo Valcárcel se opone al incremento de la actual tasa impositiva que grava directamente el consumo, afectará a muchas pequeñas y medianas empresas y, lo que es peor, machacará a los autónomos, creadores de empleo en estos justos momentos. Pero una cosa es el deseo del PP por mantener su promesa electoral y, otra bien distinta, las condiciones de la Comisión Europea y del FMI para que España pueda acceder al crédito blando de 100.000 millones de euros previsto para recapitalizar nuestro sistema bancario. Las rosas siempre esconden alguna espina. Y como alternativa a esa ampliación de las bases imponibles España oferta, y no como una medida escapista, con aumentar la presión contra el fraude fiscal, que supuso el ingreso en 2011 de cerca de 50.000 millones, la mitad del crédito de la UE. Además, Murcia ya se ha adelantado con otras medidas similares como la lucha contra la economía sumergida y las bajas fraudulentas. Con estas propuestas España podría devolver por entero la línea de crédito solicitada el pasado lunes, y, además, hasta podríamos disponer de un dinero extra para activar más la economía. Pero Europa es Europa y sus fórmulas son sus fórmulas. Nos toca hacerlo intramuros y aceptar una subida del IVA que afecte primero, como ya ha dicho Valcárcel, a los sectores que tienen el impuesto más bajo, como ocurre con los productos de primera necesidad y las viviendas de protección oficial. Por algún lugar tendremos que empezar, porque no podemos ser buenos para pedir y cicateros para cumplir.