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Irak se agrieta sin Estados Unidos

El primer ministro de Irak, el chií Nuri Al Maliki, reclamó ayer a las autoridades del Kurdistán que entreguen al vicepresidente, el suní Tariq Hashemi, del bloque político Iraqiya, huido a la región semiautónoma para escapar de una orden de arresto por colaboración terrorista.

El presidente de EE UU, Barack Obama, adelantó la retirada total de tropas en Irak tras no alcanzar un acuerdo con el primer ministro, Nuri al Maliki
El presidente de EE UU, Barack Obama, adelantó la retirada total de tropas en Irak tras no alcanzar un acuerdo con el primer ministro, Nuri al Malikilarazon

BAGDAD- La acusación se realizó justo un día después de que los últimos soldados norteamericanos se marcharan del país mesopotámico. La retirada de Estados Unidos parece que ha renovado las tensiones entre suníes y chiíes que empujaron a Irak al precipicio de la guerra civil entre 2006 y 2007.

El vicepresidente Hashemi, la figura suní con mayor poder político en el Irak actual, aseguró a principios de esta semana que las acusaciones de su viejo adversario Maliki son una «invención» y están políticamente motivadas. Acusó al primer ministro chií de concentrar todo el poder en sus manos y torpedear la reconciliación nacional entre suníes y chiíes. «No permito a nadie, ni a mí mismo, negociar con la sangre iraquí», respondió ayer al Maliki en sus primeras declaraciones sobre la crisis política. El primer ministro chií defendió que Irak es un país unificado y pidió a las autoridades de la provincia separatista del Kurdistán que pongan a Hashemi en los tribunales iraquíes. «El supuesto de que no lo entreguen o le dejen escapar nos conduciría a una situación problemática», remachó el primer ministro iraquí. Esta semana se ha especulado con la posibilidad de que Hashemi se traslade a Turquía, que comparte frontera con el Kurdistán.

La minoría suní retuvo el poder político en el Irak de Sadam Husein, pero desde la intervención militar en 2003 han sido los chiíes quienes han tomado el control del país. Los cargos contra el vicepresidente suní se podrían enmarcar dentro de una batalla étnica abierta por el poder. Podría ser un movimiento de Maliki para asegurarse que ningún suní de dentro o fuera de Irak amenaza su posición en el Gobierno. El primer ministro iraquí convocó ayer a todos los partidos al diálogo para tratar de dar una salida, pero Iraqiya mostró su rechazo de inmediato. Nuri Al Maliki podría esta promoviendo, a su vez, una moción de censura contra su segundo en la jefatura del Gobierno, el suní Saleh Al Mutlaq, también miembro de Iraqiya. La crisis política podría complicarse durante los próximos días pues el primer ministro iraquí amenazó ayer con modificar el Consejo de Ministros si Iraqiya boicoteaba las conversaciones para buscar el entendimiento. El nerviosismo de Maliki está relacionado, asimismo, con la guerra de poder en Siria.

Los kurdos tienen la llave
El corresponsal de la cadena británica BBC aseguraba ayer que el primer ministro iraquí teme una pinza entre las autoridades suníes que puedan emerger en una Siria post régimen de Bachar al Asad y las provincias suníes iraquíes. La mayoría de la población del país árabe es chií pero casi todos los departamentos fronterizos con Siria son suníes. En estos días de creciente tensión los políticos suníes que apenas habían mostrado interés por la provincia semiatónoma del Kurdistán empezaron a intensificar los contacos. Todo hace indicar que los kurdos tendrán la llave de las negociaciones en los próximos días e incluso podrían forzar una revisión del acuerdo nacional. El Kurdistán tiene un régimen especial en el país árabe, pese a que está integrado en él, posee sus propias Fuerzas de Seguridad.

Preocupación
Los atentados en los que supuestamente Hashemi estaría implicado –según las acusaciones– se produjeron entre 2006 y 2007 cuando se multiplicaron los conflictos fraticidas. Maliki por esas fechas ocupaba el Ministerio del Interior. Estados Unidos en sus nueve años de presencia en Irak ha tratado de evitar el escenario de una guerra total entre suníes y chiíes. La crisis política probará la influencia que mantiene o no EE UU en el país tras su marcha. El vicepresidente norteamericano, Joe Biden, contactó ayer con las autoridades iraquíes y les pidió que rebajaran la tensión.