Alcorcón
El «sheriff» de Alcorcón
Utiliza material de agentes antidisturbios aunque no es el equipamiento de la Policía Municipal. Tiene contenciosos por tema de licencias de armas» / Si no eres de su cuerda y llevas ahí mucho tiempo te ves obligado a tomar una decisión: le denuncias o te vas. Yo no me he atrevido a la primera» / Cuando llegó a Alcorcón rediseñó la estructura de la plantilla a su conveniencia para "ascender"a sus amigos. Ha impuesto sus reglas»
No es fácil encontrar quien hable bien de Sergio Ruiz Platero. Lleva dos años como subinspector jefe de la Policía Municipal de Alcorcón y no mantiene buena relación prácticamente con nadie. Ni con la Policía Nacional de la localidad, ni con la Guardia Civil ni, sobre todo, con su propia plantilla.
Tomó el mando en mayo de 2009 –cuando el socialista Enrique Cascallana gobernaba la localidad– y entendió que asumir aquel puesto significaba, entre otras cosas, mover a su antojo a los casi 300 agentes que tenía a su cargo, disponer de los vehículos oficiales camuflados (Peugeot 3007) para su uso particular en vacaciones, fines de semana y puentes, utilizar material propio de las Unidades de Intervención Policial (UIP) o asumir para la Policía Municipal competencias que como agente local, no tiene otorgadas, según lo establecido en el convenio que la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) rubricó con el Ministerio del Interior.
Sin embargo, ninguno de «sus» policías va a denunciar nada de esto. Aseguran que, desde que Sergio comenzó a trabajar en Alcorcón, el miedo impera entre los agentes. «O estas con él o contra él. No hay media tintas», aseguran en privado. Cuando llegó, desmontó la estructura que había y la rediseñó a su gusto. Relegó a mandos superiores a puestos intermedios, obligándoles a asumir funciones propias de un cabo y viceversa: sus «amigos» comenzaron a desempeñar competencias de mandos.
Los agentes denuncian que quien disiente de su forma de trabajar sufre «vejaciones profesionales»: cambios arbitrarios de horario, de funciones (alegando un simple «no cumples con las expectativas») o apertura de expedientes por el motivo más absurdo. En definitiva, «mobbing». Precisamente lo que el propio subinspector denuncia que ha sufrido por parte del nuevo equipo de Gobierno, del Partido Popular. Sabe que la nueva Corporación municipal no ve con buenos ojos todo lo que está ocurriendo, que no va a hacer «la vista gorda» como parece que hacía Cascallana y que, en breve, le van a «caer» varios expedientes sancionadores por los excesos que ha cometido a lo largo del último año y medio. Él ya ha movido ficha al denunciar al concejal de Seguridad, Antonio Sayago y al primer teniente de alcalde, Óscar Romera. Ahora, le toca esperar.
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