Incumplimiento consentido por Javier Rodríguez Fernández

Para los nacionalistas catalanes de izquierda y de derecha, la Constitución Española de 1978, hace tiempo que dejó de ser el referente jurídico y político que delimita el marco de la convivencia entre los españoles en Cataluña. Los nacionalistas catalanes ven con buenos ojos que la Constitución rija en el resto de España, pero no en Cataluña.

CiU participó en la redacción de la Constitución y la aceptó, pues recogía sus inquietudes. Esto fue válido hasta el día en que José Luis Rodríguez Zapatero anunció en noviembre de 2003 que aceptaría el Estatuto que aprobase el Parlamento de Cataluña. A partir de entonces, la voluntad de la clase política catalana, de no querer mantenerse dentro del marco legal que contempla nuestra Carta Magna, se ha acrecentado: amenazan con la insumisión fiscal si no hay un concierto económico y, de nuevo, incumplen sentencias del Tribunal Supremo en materia lingüística y en materia educativa. No nos puede resultar extraño que el Gobierno catalán anuncie que mantendrá la inmersión lingüística en la educación. Seguramente, ya están pensando en cómo ganar tiempo para mantener su proyecto: reforma del decreto recurrido, estrategias procesales dilatorias con apelaciones sucesivas contra la resolución del Supremo, etc. En definitiva, no se cumplirá la sentencia porque desde Madrid se permitirá ese incumplimiento, a pesar de disponer de los mecanismos suficientes para que no sea así.

Javier Rodríguez Fernández
Licenciado en Derechoy en CC Políticas