Santander
Un sistema bancario solvente
El conjunto del sistema bancario español ha superado con creces la exigente auditoría externa encargada por el Gobierno y el Banco de España a la consultora Oliver Wyman. Prueba de ello fue que la Bolsa de Nueva York moderó los acusados descensos del arranque de la jornada nada más conocerse los resultados de las pruebas de estrés. El sistema financiero español sale, pues, airoso, pese a que los escenarios imaginados por los auditores, con una improbable caída del PIB nacional superior al 6,5 por ciento durante los dos próximos ejercicios, son los más duros de cuantos se han planteado al resto de los sistemas bancarios internacionales. Pero incluso en el escenario más adverso, las principales entidades españolas tendrían suficientes excedentes de capital para hacerle frente. Nos referimos a Santander, BBVA, Caixabank, Kutxabank, Sabadell, Bankinter y Unicaja, que suponen el 62 por ciento del sistema bancario; aunque se les podría sumar Ibercaja y Popular, si nos atenemos al escenario base, mucho más cercano a la realidad de nuestra situación económica. El resto de las entidades auditadas, como ya se preveía, necesitará unos aportes de capital de 53.745 millones de euros, siempre contando con la previsión más adversa. La parte del león se la llevan las entidades nacionalizadas. Sin embargo, para poner en perspectiva estas cifras, conviene recordar que la financiera alemana Hypo Real Estate recibió garantías del Bundesbank por valor de 35.000 millones de euros, o que el banco franco-belga «Dexia», tuvo que ser rescatado con cerca de 50.000 millones. Por no nombrar las once entidades británicas intervenidas entre 2008 y 2009 y los multimillonarios rescates al sistema bancario estadounidense.
A partir de ahora, deberían quedar despejadas todas las dudas y reticencias de los mercados internacionales, aunque sólo sea porque en el largo proceso de evaluación de la banca española ha participado la Comisión Europea, junto con el Banco Central Europeo, la Autoridad Bancaria Europea y el Fondo Monetario Internacional. Toca también a nuestros socios, en especial al Gobierno de Berlín, levantar los obstáculos de todo tipo que han puesto en el camino de nuestro saneamiento financiero, con cautelas y exigencias que contradicen claramente los acuerdos del Consejo Europeo del pasado mes de junio, que establecía que el rescate a los bancos en dificultades se haría de manera directa y no computaría como incremento de la deuda soberana española.
En cualquier caso, era un paso imprescindible y ha sido dado. Ahora, las entidades afectadas deberán ajustar sus previsiones y balances para que el proceso de recapitalización comience en el mes de noviembre. La situación económica no admite muchos más retrasos.
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