Una tregua para la Soledad

Hacía 60 y 30 años respectivamente que no se cancelaban por este motivo y, por ello, los fieles mostraron su pena por no ver los pasos en la calle. Sin embargo, el viernes a última hora, el Santo Entierro hizo aparición en las calles madrileñas y Los Alabarderos iniciaron su salida desde el Palacio de Oriente. Ayer por la mañana, la procesión de la Virgen Dolorosa había sido suspendida por la lluvia, pero no así la Soledad que sí pudo cumplir su estación de penitencia. A lo largo de todo su recorrido se congregaron cientos de fieles que esperaban su salida para disfrutar de las estampas más tradicionales de la Semana Santa. Y nada lo impidió.

Los tambores sonaron desde el Monasterio del Corpus Christi hasta su llegada a la Real Iglesia de San Ginés. El ruido cotidiano de la Puerta del Sol se vio silenciado por la calma que reinaba en torno a Nuestra Señora de la Soledad y sus devotos. La procesión se desarrolló sin dificultades gracias al buen tiempo que hizo durante toda la tarde. De esta forma, concluye una Semana Santa pasada por agua que no ha permitido a las procesiones desfilar con normalidad. Los hermanos han dedicado meses de duro trabajo y esfuerzo para un desfile que no se ha producido. Ahora, habrá que esperar un año y confiar en la climatología para volver a disfrutar de los pasos en las calles de Madrid.