Castilla y León
La huella de ETA grabada para siempre en 139 castellanos y leoneses
Valladolid- El guardia civil Carlos Enrique Sáenz de Tejada, asesinado junto a su compañero Diego Salvá en un atentado el 30 de julio de 2009 en Palma de Mallorca. Es la última de las 139 víctimas castellanas y leonesas de ETA. Tras el País Vasco, nuestra Comunidad es la segunda región de la España autonómica más castigada por la barbarie etarra, que se iniciaba en esta Región en 1969 con el taxista, también burgalés, Fermín Monasterio, acribillado a balazos por un etarra mientras huía. En la sangrienta cartera de servicios de la banda figuran aparte de guardias civiles, policías nacionales o militares, trabajadores de todo tipo de gremios e incluso estudiantes. 139 víctimas y 139 familias en las que ha quedado grabada para siempre la huella de ETA. También hay víctimas que al menos pueden contarlo. Todavía está reciente en la retina el secuestro del ex funcionario de prisiones burgalés, José Antonio Ortega Lara, que permaneció 532 días en manos de los etarras, secuestrado en un zulo de reducidas dimensiones.
Castillay León ha sido también escenario de atentados en los que perdieron la vida tres personas: el comandante de Artillería gallego destinado en León Luciano Cortizo, asesinado tras la explosión de una bomba lapa en los bajos de su coche en 1995; el coronel zaragozano Antonio Heredero, muerto por el mismo método tres años antes en Salamanca; y el policía Valentín Godoy, cosido a tiros 1977 en La Puebla de Arganzón (Burgos).
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