Gastar mejor

Aseguran que es la mayor crisis del capitalismo. Y que la necesidad de hacerla frente provocará un ajuste sin precedentes en Europa. Pero dicen, también, los que tanto saben de estas cosas, que esa carrera por recortar gastos tiene una víctima: el estado del bienestar. ¿Sobreviviremos o habrá otra recesión? A nadie se le escapa, a estas alturas del paseo, que estamos ante una de nuestras peores encrucijadas. Las cosas son siempre lo que son y no lo que conviene que sean. Se acabo, de momento, el derroche y el dinero fácil. Al menos para la mayoría. Habrá que dejar a un lado lo innecesario y superfluo. No se trata tanto de no gastar, sino de aprender a gastar mejor. Una lección que debemos aprender los ciudadanos, pero también las administraciones que existen por y para nosotros y no al contrario, como estamos hartos de ver. Ahora más que nunca debemos exigir sin contemplación alguna que nuestro dinero sea bien utilizado. Que se reduzcan costes. Que se gane en eficacia y rentabilidad tanto en el ámbito privado como en el público haciendo las reformas y reestructuraciones que todos sabemos. El ajuste es imprescindible. Cualquier aumento de deuda conducirá a un imposible pago que provocaría una hiperinflación de dramáticas consecuencias sociales. Una movida en la que resulta más necesaria que nunca la eficacia de las instituciones. De nada sirve el tijeretazo si la administración pública no es la locomotora que toda economía necesita.